Ayer volvía a torear en Vic- Fezensac y lo hacía con dos cornadas recientes que recibió apenas unos días atrás en la plaza de Alés, también en Francia.
Hace un año Alberto Lamelas protagonizó una lucha titánica frente a un torazo de Dolores Aguirre que llevaba por nombre “Cantinillo”. Aquella faena, casi imposible, le valió el reconocimiento de la afición francesa y le hizo entrar en Francia ya que pocos días después fue llamado para torear en la plaza de Ceret.
Por eso ayer, con las dos cornadas tan frescas en su cuerpo, hizo todo lo posible por encajarse la taleguilla para estar de nuevo en la plaza de Vic Fezensac. El público lo recibió con una ovación y lo hizo saludar desde el tercio antes de torear.
Lleva Lamelas tres paseíllos en los ruedos franceses: Aignan, Alés y Vic Fezensac. Por delante su agenda tiene anotadas tres fechas en ruedos del país vecino: Ceret, Orthez y Dax por septiembre.
Se está haciendo un hueco importante dentro de la cartelería francesa, donde cada triunfo le vale para ser tenido en cuenta de cara al próximo año y al mismo tiempo cada triunfo es la llave que le abre la posibilidad de ser contratado en una nueva plaza.
Es su caso. Ha triunfado en Cazorla, en Baeza, Villanueva del Arzobispo o Jaén capital tiempo atrás, por citar plazas que no ha vuelto a pisar desde entonces. En Francia se ha enfrentado a corridas pavorosas, pero hasta ahora le viene compensando porque allí el esfuerzo y el éxito hasta ahora tiene premio. Francia es el refugio que le está haciendo seguir vivo en el toreo.
En Jaén, tal y como están las cosas, difícil será verlo anunciado esta temporada y para verlo, visto lo visto, habrá que cruzar los Pirineos.