Jaén Taurino

El Planeta de los Toros desde Jaén

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Felicidades Rumi.

Hoy es el cumpleaños de una persona a la que llevo sin ver desde principios de enero y a quien sé que no veré hasta finales de julio.
Está en el norte de Italia, en Udine, pegandito a la frontera con Eslovenia. Se ha ido allí de Erasmus, un añito a estudiar Derecho. Y se ha ido allí porque una de sus pasiones es la nieve, con lo que ha tenido la oportunidad de disfrutar con la tabla de snow en la zona del centro de Europa.
Otra de sus pasiones es el pádel, que me parece a mí, allí no habrá podido disfrutar mucho. Y otra, aunque mucha gente y muchos de sus amigos no lo sepan, son los toros. Eso sí que es verdad que allí ni por asomo tendrá ocasión de disfrutarlo.
Con cuatro años quería ser torero, pero al igual que tantos niños él también jugaba al fútbol. Dejó de jugar al toro en el patio de la casa y ya sólo quería darle patadas al balón con el resto de sus vecinos. A los ocho años se hizo seguidor incondicional del Deportivo de La Coruña (equipo al que por cierto no ha visto jugar en su vida en directo) y lo sigue siendo. Algo impresionante en Jaén.
Ha visto muchos festejos y de él hay fotos cambiándole los pañales en mitad de un tentadero. Vamos, que es aficionado a los toros desde pequeño.
De los que se tragan las corridas por la tele, se ven los programas de información taurina y pasan las hojas del Aplausos y el 6 Toros 6, que leerlas, no se las lee.
Se puso delante de una becerra por primera vez en una finca de Salamanca en la excursión de los Maristas en bachiller. Sus compañeros alucinaron.
Ese mismo año, meses más tarde en una finca de Andújar le pegó tres derechazos a una becerra sin moverse, para asombro de todos.
Muy partidario de Enrique Ponce y Manuel Jesús «El Cid», rubio como un nórdico, el condenao ronca que no hay quien duerma a su lado.
Ese muchacho es mi hermano Alberto.
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