Plaza de toros de Villanueva del Arzobispo. Casi lleno. Toros de Guadalmena, bien presentados y de juego desigual.
José Carlos Venegas: silencio, oreja, dos orejas tras dos avisos, oreja tras aviso, oreja y oreja tras aviso.
El torero de Beas de Segura, José Carlos Venegas arrancó ayer su temporada 2011, encerrándose en solitario con seis toros en la plaza de Villanueva del Arzobispo. Es destacable el aforo que registró la plaza, que casi se llenó para presenciar este festejo. Además, Venegas se mostró muy dispuesto y con ganas ante este reto, en el que mostró la facilidad con la que desarrolla el toreo frente a la cara del toro. El encierro, de la ganadería jiennense de Guadalmena, estuvo bien presentado y, pese a los diferentes matices en cada toro, marcado por la nobleza en líneas generales.
Su primer toro, fue un ejemplar con mucha clase, y que apuntaba muy buenas cosas, pero tras una voltereta se lesionó, impidiendo un mayor lucimiento. El segundo toro, fue a menos durante la lidia, y Venegas se ajustó a las exigencias del animal. Realizó una labor muy templada y con poco, lo que no evitó que lo sorprendiera a la salida de una tanda y lo prendiera sin mayores consecuencias. Mató de una estocada y recibió una oreja.
En el tercer toro de la tarde, se llevó las dos orejas, tras realizar una faena larga y variada. Comenzó dejando buenos momentos con el toreo fundamental, para finalizar acortando distancias y toreando entre los pitones. Mató de una estocada y recibió dos orejas. Otra labor de peso, es la que realizó frente al cuarto toro. Un animal que no le exigió y le permitió estar a gusto delante de la cara. Otra faena larga, que sólo obtuvo como recompensa una oreja, por la tardanza en morir del toro.
José Carlos Venegas se encontró en quinto lugar con un toro parado y con poca transmisión, y pese a instrumentar algunos pasajes interesantes, la faena no cogió altura. Tras dejar una estocada, fue premiado con una oreja. El sexto fue otro ejemplar de escasa transmisión. Venegas se fue a «portagayola» a recibir a este toro para caldear el gélido ambiente. Con la franela, comenzó con estatuarios, y siguió con un trasteo sin someter demasiado a su oponente. Corto otra oreja, tras una estocada.
Crónica y fotos: Marisa Fernández.
