Plaza de Toros de Jaén. Coso de La Alameda Media entrada. Toros de Juan Pedro Domecq. Juego desigual
Enrique Ponce: (Grana y oro) oreja y dos orejas.
El Fandi:(Grana y oro) oreja con fuerte peticion y oreja.
Cayetano: (Blanco y oro)oreja y oreja
Comenzó el último festejo de la Feria de San Lucas en Jaén con dos tercios largos de entrada. Saltó al albero el primero de Juan Pedro Domeqc. Se gustó Antonio Tejero con un gran par de banderillas, augurio de lo que posteriormente llegaría. Y apareción Enrique Ponce con la muleta, dibujando muletazos cargados de temple al puro estilo made in Ponce. Elegancia y faena larga. Estocada de efecto y oreja.
Salio el segundo de Juan Pedro Domecq, un toro que resultó noble aunque le faltó en ciertos compases la concidión de humillar. Variado con el capote estuvo El Fandi, construyendo chicuelinas y verónicas que levantaron el ánimo del respetable. Tercio de banderillas de El Fandi de gran calado en el público, con transmisión y de gran belleza y valor. Llegó la muleta, con un toreo en redondo que acompasó con muletazos clavando rodilla en tierra. Comodidad y relajación del espada aunque sin exigir mucho al astado. En las últimas tandas llegó la tan buscada transmisión y levantó al público de sus asientos. Estocada, descabello y una oreja que bien pudieron ser dos si el presidente hubiera atendido a la petición de los tendidos.
Salió en tercer acto un astado jabonero que portó nobleza y que permitió a Cayetano ciertos atisbos de lucimiento por el pitón derecho. Hubo que esperar, no obstante, al citado triunfismo a la faena de muleta, puesto que el animal poco atendió al capote. Ya en el último tercio, Cayetano mostró clase, compostura, sobre todo cuando acudía al ya nombrado pitón derecho. No cayó en el desánimo ni en el conformismo y buscó la variedad por el zurdo, aunque sin conseguirlo en líneas generales, siendo el gesto perfectamente aplaudible. Se fue parando en los últimos escalones de la faena para posteriormente ser pasaportado el animal con una estocada que rubricó el premio de una oreja.
Recibió Enrique Ponce en cuarto lugar a un toro de inmensa dificultad al que tuvo que limar, tratar y llevar de manera excepcional durante toda la lidia para que no salieran a flote las numerosas asperezas del animal. Expuso en gran medida el diestro en su último astado de esta temporada. Antes, como ya es habitual cada vez que mata el valenciano a su último animal de la campaña, brindó a su cuadrilla en gesto muy emotivo. Muleta en mano, Ponce supo dar el tiempo y ritmo justo al animal y llevarlo con técnica y maestría por donde él quiso. Mató de estocada y el público supo compensar su gran esfuerzo y su buen hacer con las dos orejas.
Quinta actuación para El Fandi ante un toro que el público pidió su vuelta a los corrales pero que el presidente se empeñó en mantener. Variado estuvo el espada con el capote, dibujando dos verónicas de extraordinario nivel cargadas de lentitud, despaciosidad y belleza. Perdió las manos el animal, demostrando su falta de fuerza, aunque bien se vino arriba allá en el tercio de banderillas. Ya en la muleta, poco pudo hacer El Fandi más que cumplir con el guión, transportar al animal de un lado para otro y sacar lo poco que tenía dentro. Engaños con peligro y deslucido trasteo. Su voluntad le hizo, no obstante que el público le premiara con un apéndice tras pinchazo, estocada y descabello.
Cerró la Feria de San Lucas en Jaén un Cayetano entregado que recibió con el capote al último de la tarde de Juan Pedro Domecq y al que le asestó buenos quites por tafalleras. Se desmonteraron en el tercio de banderillas Joselito Rus y Fernando Pérez tras extraordinarios pares. Muleta en mano, Cayetano se midió a un toro complicado que no acudió a los engaños y el que no se dejó sobre la línea de picar. Se lo llevó el espada hacía la entrada de chiqueros, con el posterior agrado de la concurrencia de sol, y allí dibujó buenos naturales rematando la faena posteriormente con un toreo de galería, construido a base de adornos, trincheras y circulares. Estocada y oreja.
Crónica y foto de Marisa Fernández
