El peroné fracturado en mayo y media temporada en el dique seco. En septiembre, por San Miguel, conjugando el verbo torear en su sentido más artístico. Ahora, se queda fuera de Sevilla. Y eso que su nombre sonaba incluso para el domingo de Resurrección. De ahí a una sola tarde, en preferia, abriendo cartel, y de ahí a la calle por no aceptar lo propuesto. ¿De qué sirve cortar una oreja en Sevilla?
La plaza no se la llevarán de allí, seguirá estando, pero desde luego esta Feria de Abril deja fuera de sus carteles a un torero que la temporada anterior vivió las dos caras de la Fiesta en el albero maestrante. Pagar con su sangre el tributo de vestirse de luces. Pasear un trofeo que pudieron ser dos.
Sevilla, sus aficionados especialmente, pierde la oportunidad de ver a un torero que allí encaja bien. Los linarenses, se quedarán en casa y este año no acudirán a La Maestranza a dejarse los cuartos en la taquilla más cara que conozco, por ver a su torero, por ver a su paisano.
No sobra ningún diestro en los carteles, pero la ausencia de Curro Díaz en la Feria de Abril, ante los méritos de algunos de los anunciados, da qué pensar de la situación en la que se encuentra la Fiesta.
