Jaén Taurino

El Planeta de los Toros desde Jaén

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Como puta por rastrojo (con perdón)

  Plaza de Toros de Linares. Coso de Santa Margarita.

Lleno de no hay billetes. Tarde muy calurosa.
Toros de Las Ramblas. Mal presentados, descastados y de juego muy pobre.

 

  • Juan José Padilla (Azul marino y oro): Ovación con saludos y oreja

  • José Tomás (Rosa palo y oro): Ovación y oreja

  • Curro Díaz (Blanco y oro) Dos orejas y palmas

 

Por ver a José Tomás ayer en Linares algunos se tragaron muchos kilómetros. Otros aguantaron como pudieron en la solanera. Unos cuantos hicieron cola por una entrada y otros tantos acudieron a la reventa. Ver a este torero hacer el paseíllo en el Coso de Santa Margarita es una auténtico sinDios:colas, aglomeraciones, espacios reducidos, trasiego de público ocasional que durante un año irá presumiendo que estuvo viendo a JT en Linares. Muchos acuden por aquello del morbo de verlo cogido por un toro y derramar su sangre en el ruedo, como ocurriera a Manolete en ese mismo escenario.

¿Sangre? ¿He dicho sangre? …pues yo la única que ví ayer derramada fue la de una amiga,Marisa Fernández, compañera de la prensa que hubo de ser atendida en la propia enfermería de la plaza al intentar sentarse donde pudiera luego de haberla echado del sitio que le correspondía un gitano que ocupaba su localidad, casi a patadas, y en un intento de reubicarse tuvo la desgracia de pegarse un cabezazo contra el techo de la última fila de la grada (de unas dimensiones reducisímas) con tan mala fortuna que en el impacto se clavó las gafas sobre la cabeza. No había manera alguna de quitárselas, las tenía incrustadas. La pobre sufrió de lo lindo y se llevó media tarde sangrando a pesar de la intervención que recibió en la enfermería.

Consecuencia todo ello de un auténtico caos de organización y para muestra otro botón: gran parte de los informadores taurinos que se ubicaban en las gradas tuvieron que apechugar con las iras de bastantes espectadores que decían que tal o cual sitio correspondía a ellos, hasta el punto que Fernando Carrasco, de ABC y Antonio Lorca, de El País, se marcharon de ahí, bien por la fuerza, bien a iniciativa propia, cuando ya el festejo estaba iniciado y se personaron en ese punto un puñado de espectadores cuya entrada, parece ser, coincidía totalmente con la suya. Todo ello acompañados por porteros y personal de empresa que tanto ese día como el anterior mantuvieron a la prensa taurina como puta por rastrojo. Allí, aquí, no lo sé, a mí que me cuentas, no tengo ni idea, la fila 6 no existe…y así sucesivamente.

Y dejando a un lado la crónica de sucesos para centrarnos en la taurina digamos que la corrida de Las Ramblas fue muy mala, por mansa. El lote que se llevó José Tomás, para el olvido, especialmente el primero suyo que buscaba con ahínco rajarse a las tablas en cuanto pudiera. Lo intentó José Tomás, insistió, y llegó incluso a poner en escena sus manoletinas con el compás abierto con que ha sorprendido esta temporada. En el quinto sí logró algunos naturales bastante meritorios al ligar los muletazos aprovechando el recorrido del toro en la embestida, si bien al quinto tiraba para las tablas como alma que lleva el diablo.

Padilla tiró de raza y pundonor desde que recibiera con una larga cambiada a su primero. Sobresalió en banderillas, también en un vistoso quite por faroles invertidos y navarras, y con la muleta en el quinto consiguió muletazos aceptables.

Con empaque, con mucha profundidad toreó Curro Díaz al tercero. Justo cuando más se estaba sintiendo, desmayando su toreo por el derecho, al pretender iniciar el pase de pecho, el toro se paró, hizo por él, lo prendió feamente y la caída fue de las que dañan las cervicales. Se repuso y siguió toreando todo lo posible de un toro muy insulso, como el sexto y como la corrida entera en sí. Justo reconocer el excelente tercio de banderillas que protagonizó su banderillero, Montoliú, en el tercero y en esa misma senda, la buena brega del José María Soler, de la cuadrilla de JT.

Y puestos a reconocer, reconozcamos que si cada tarde en que se anuncia a José Tomás esta temporada se debe considerar un acontecimiento por su exclusividad…no es de recibo traer semejante corrida, hacer pagar a la gente precios muy caros por ver semejante espectáculo y encima, en unas condiciones bastante tercermundistas, porque una cosa es que la plaza sea de 1886 y por ello incómoda total, pero lo que no tiene pase es que haya un descontrol absoluto de organización y salgas del festejo con los pantalones, la camisa y medio cuerpo lleno de la cal de las paredes y del polvo de los asientos.

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