Plaza de Toros de Jaén. 12 junio 2016.
Más de media entrada en tarde calurosa. Cinco erales de Moragón de juego dispar, destacando el quinto premiado con vuelta al ruedo.
CRISTIAN GUERRERO | Azul noche y azabache | Oreja |
ODEI «RUIZ DE JIMENA» | Azul rey y oro | Dos orejas |
ANTONIO LUIS FERNÁNDEZ RÍOS | Azul turquesa y azabache | Oreja |
GONZALO DE MIGUEL | Sangre de toro y oro con remates negros | Dos orejas |
JOAQUÍN CARRILLO «EL NETE» | Azul pavo y oro | Dos orejas y rabo. Vuelta al novillo en el arrastre. |
Se concedieron los siguientes premios:
- Trofeo «Alumno más destacado de la Escuela Taurina de Jaén»: Joaquín Carrillo «El Nete».
- Trofeo a «Faena más artística» otorgado por vino «Sincero»: Gonzalo de Miguel.
- Trofeo a la «Joven Promesa»:Alfonso López.
Ayer a las 18:00 de la tarde a un iluminado no se le ocurrió mejor cosa que llamar a la comisaría de la policía nacional avisando de una supuesta bomba en la Catedral de este Jaén en el que a veces suceden cosas surrealistas. Así pues, hubo de desplegarse un dispositivo policial de campeonato y subir a velocidad de rayo hacia la Plaza de Santa María porque a fin de cuentas una amenaza tan seria requiere de un esfuerzo policial enorme.
Y así fue que mientras la policía se afanaba en velar por la seguridad de los jiennenses, a la misma hora una dotación policial mínima en los exteriores de la Plaza de toros hacía simbólico acto de presencia con tal de garantizar el orden entre quienes libremente acudían a ver la novillada de la Escuela Taurina y una decena de antis que habían dejado huérfanas de cacerolas las estanterías de las cocinas de sus casas. En lugar de talentosamente conseguir hacer música con los cacharros de cocina como siempre ha hecho el grupo “Les Luthiers”, los susodichos se afanaban en aporrear cansina e insistentemente, acompañados por silbatos y megafonía bajo la complaciente autorización del Sr. Lillo, que sigue consintiendo este escrache hacia los aficionados a los toros (muchos de ellos niños de la mano de sus padres y abuelos) haciendo oídos sordos a las continuas reivindicaciones de los colectivos taurinos de la ciudad que siguen aguantando y padeciendo esta lamentable situación. Y no pasa nada…
Pero no demos protagonismo a quienes no se lo merecen. Lo importante es que Jaén recuperó su tradición de dar toros por las Fiestas de la Virgen de la Capilla, algo que no había vuelto a suceder desde hace siete largos años gracias a la Escuela Taurina, que metió más de media plaza larga en los tendidos. ¿Qué otro espectáculo de los programados en las Fiestas de la Virgen de la Capilla ha contado con más de 5.000 escpectadores? Pues eso.
Partieron plaza en tropel todos los alumnos de la Escuela. Los más pequeñitos por delante, debidamente vestidos de corto, sumando casi una treintena de toreros en miniatura. Tras ellos, los alumnos que esa tarde vestían de luces haciéndolo dos de ellos por primera vez: Gonzalo de Miguel y Joaquín Carrillo “El Nete”. Ambos de la capital.
Encargado de abrir cartel fue el alumno invitado, de la Escuela de Motril, Cristian Guerrero. Un novillo correoso que presentó numerosas dificultades. Guerrero mostró siempre disposición y destacó en el tercio de banderillas.
Odei “Ruiz de Jimena” se marchó a la puerta de toriles para recibir al suyo a portagayola. Se notó que el de Jimena anda ya más hecho, ofreciendo una actuación maciza. Se acopló al novillo y lo toreó con buen son. Le pegó un estoconazo en lo alto de gran efectividad.
El pegalajeño Antonio Luis Fernández Ríos sorteó un novillo que también presentó complicaciones. Tiró de ganas y voluntad en todo momento, siendo prendido aparatosamente pero sin consecuencias en dos ocasiones.
Debutó en público y de luces Gonzalo de Miguel. Veía así la recompensa a todos estos años de aprendizaje y esfuerzo en la Escuela. Desde el primer momento le cogió el sitio al novillo con el capote, mostrándose como un capotero interesante. Tras brindar al conserje de la Plaza de Toros y su señora, comenzó a torear por bajo, doblándose con torería y plasticidad. En la faena de muleta, a pesar de ser prendido en alguna ocasión, se destapó como un torero de corte clásico ofreciendo detalles muy interesantes. El novillero del Gran Eje puso broche a su actuación con una estocada espectacular que hizo rodar sin puntilla al novillo. Dos orejas como premio a un debut soñado.
Y en el quinto la gran sorpresa de la tarde. Había una expectación notoria por ver a Joaquín Carrillo “El Nete”. Su presencia llenaba de simbolismo el cartel por ver a un nuevo torero de la saga de los Nete haciendo el paseíllo en la Plaza de Jaén casi treinta años después.
“El Nete” se metió a la Plaza de Jaén en el bolsillo con su toreo. Asombró a todos porque siendo como era la segunda vez que hacía el paseíllo, y sin llevar tan siquiera un año entero en la Escuela, toreó con un temple, una naturalidad, una quietud increíble y serenidad impropia de alguien en esas circunstancias. No le pudo la presión en ningún momento y su toreo caló muy hondo en los tendidos. Tiene Joaquín unas condiciones innatas para hacer el buen toreo. El pequeño de los Nete disparó en el quinto la emoción en la plaza, que rugió con fuerza viendo torear al del Barrio de la Magdalena.
El novillo fue premiado con la vuelta al ruedo, y él con los máximos trofeos. Su actuación ha renovado la ilusión de la afición jiennense.
Cabe resaltar la actuación de Curro Castillo, Juan Melchor y Alberto Montenegro a lo largo de estos cinco novillos, saliendo en momentos puntuales a dar una tanda con la muleta o poner banderillas, algo que al ser clase práctica el reglamento de escuelas permite.
Y como epílogo, los más pequeños tuvieron su oportunidad de salir ante dos añojas a modo para el resto de alumnos. De esa forma se premiaba también a todos ellos, dando la oportunidad de poner en práctica todo lo aprendido en las clases de toreo de salón y sentir de cerca la bravura. Destacó especialmente Alfonso López Mellado, que una vez más volvió a rubricar que a pesar de su corta edad viene fraguando unas cualidades importantes. Recibió el premio que distinguía al alumno más destacado.
Con esta clase práctica de nuevo la Escuela Cultural de Tauromaquia de Jaén ha demostrado su capacidad, su poder de convocatoria y sobre todo, su crecimiento.