Jaén Taurino

El Planeta de los Toros desde Jaén

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Apuntes desde el tendido

Concluida la Feria de San Lucas se hace necesario reflexionar en lo taurino. Noticia positiva es que se hayan podido celebrar festejos taurinos en nuestra Feria de octubre, que no es poco, dada la inestabilidad que la plaza viene padeciendo por diversas circunstancias en, al menos, el último lustro.

Sólo dos carteles anunciados este año, que se traducen en dos corridas de toros. A ojos de la afición, seguramente insuficiente, pero desde la posición del empresario dos festejos mayores era el punto de partida prudente para desembarcar en Jaén y comenzar la gestión taurina al frente de la plaza. Quizás, ese haya sido el gran fallo: la gestión tardía de cara al aficionado.

Sabido era que la plaza le había sido concedida a principios de verano y desde julio a octubre hay un tiempo que se podía haber aprovechado en ir trabajando la plaza y la afición. Conociendo la afición y los gustos del público de aquí, se pueden ganar puntos que luego reviertan en el resultado final. Pero no ha sucedido así. La empresa ha comentado en ocasiones que su planteamiento de feria era otro rotundamente diferente, y que ha ido viendo como el proyecto se le desmoronaba. Acertó anunciando a López Simón, el torero revelación del año y que ha pasado por aquí como un ciclón, pero el mano a mano es un formato de espectáculo que aquí no gusta, y no es un secreto a voces que el público jiennense se ha cansado de ver al Fandi por enésima vez en La Alameda, y en un año donde ha toreado en muchas plazas de la provincia, portátiles incluídas.

El cartel del 17, a excepción de Venegas, era un cartel de desconocidos para ese público mayoritario que no anda pendiente de la temporada y que más allá de cinco toreros puntuales, no tiene idea de cómo anda el escalafón. Y una cuestión que ha sido duramente debatida en los corrillos taurinos era el ligero aumento del precio de algunas localidades sueltas, independientemente del reclamo de un abono que ciertamente salía algo más rentable.

En Jaén, por desgracia, hay bastante gente que progresivamente ha ido desertando de los tendidos. Tanto aficionados de solera como público de ocasión. La escasa presencia de público los días, no sólo es achacable a la climatología porque desgraciadamente la lluvia cada vez que hay toros en Jaén es una probabilidad, algo previsible e incluso hasta tradición. Y por eso precisamente cuando la autoridad y cuadrillas pisaron el ruedo el domingo para inspeccionar …aquello se vivió como una absoluta pantomima dadas las circunstancias del cielo y el piso de plaza. Y en Jaén nos hemos tragado muchas, muchas, muchísimas tardes de toros paragua en mano, con los huesos calados y viendo a toreros hacer faenas épicas con el barro por las rodillas y el ruedo hecho un lodazal. Para muestra … la histórica corrida de los toros de Guardiola con Juan Carlos García y Dávila Miura.

Respecto al toro…desde el minuto 1 anunciar la corrida del 18 sin especificar ganaderías fue algo que sentó muy mal. Una falta de respeto absoluta y un disloque total a la hora de concienciarse del tipo de corrida que estábamos viendo. Digan lo que digan, lo pinten como lo pinten, en nuestra provincia se pueden encontrar con corridas pastando en los cercados perfectamente válidas para la plaza de la capital, y no vendernos la milonga que estamos a final de temporada y no hay forma de lograr encontrar toros para una corrida así si luego los toreros se traen sus toros bajo el brazo. A su modo, conveniencia, gusto y placer. Por no hablar de las encornaduras que muchos de ellos presentaban…

Para eso, preferible es dar forma a una corrida concurso con alicientes para el aficionado y no hacer una limpieza de corrales y cercados del campo bravo. Toros de hasta cuatro hierros diferentes el domingo, algo que contrasta con el buen encierro de Torrestrella lidiado la tarde del sábado y remendado con un toro del Cotillo, y que hizo que la tarde se viviera con mucho más ritmo y uniformidad.
Preocupante también es el nivel de entendimiento y conocimiento de parte del público. Ha disminuido de forma preocupante y sorprenden ciertas actitudes que hemos podido observar, siendo lo más evidente la rápida petición de indulto al toro de Jandilla que lidió López Simón en primer lugar, que si bien fue bueno y con cosas positivas, en ningún momento se hizo merecedor de un premio tan devaluado hoy día, por desgracia, en las plazas como es el perdón de la vida del animal. Por no hablar de peticiones de orejas tras estocadas muy malas.

Así pues, a nadie se le escapa el pensamiento o sensación que este año la Plaza de Jaén tristemente ha tocado fondo. El propio empresario ya ha manifestado que el desastre económico ha sido enorme, y eso es público y manifiesto, y la sensación final que ha quedado entre los aficionados jiennenses es una mezcla entre lo agridulce y el descontento, donde no consuela el resultado artístico de lo que se ha podido presenciar durante estos dos días de toros en los que ciertamente ha habido cosas muy importantes.

Y no es descabellada la idea que en su crónica de Ideal proponía Ángel A. del Arco: una reunión, un encuentro entre todos los partícipes de la fiesta en esta ciudad para reflexionar, solventar fallos, buscar soluciones, proponer ideas y en definitiva intentar dar un vuelco a la triste situación que hemos vivido. En Madrid sin ir más lejos ya se está haciendo, y francamente, sumando voluntades por lo menos hay una tentativa de mejorar. De llevarse a cabo, todos tenemos que adherirnos a la causa por el bien común de la fiesta de los toros en nuestra ciudad.

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