Por José Luis Marín Weil
No existen, pero deberían existir. Lo vivido el pasado jueves en el Palacio del Condestable Iranzo así nos lo demuestra.
Es cuestión de repetir el formato, porque es idóneo. Planificar una programación, apoyarla institucionalmente, sustentarla económicamente y hacer todo lo posible para darle continuidad en el tiempo.
Si en el mes de julio el patio del Palacio de Condestable Iranzo acoge las Veladas Flamencas de Jaén cada jueves y viernes, no sería mal asunto poner en marcha las Veladas Taurinas de Jaén los miércoles.
Es cuestión de aprovechar el escenario, la disposición de las sillas y el equipo de sonido de un día para otro. Tan sencillo como eso. No hay que inventar prácticamente nada nuevo. Si se quiere se puede.
Aunque las entidades taurinas de Jaén promuevan – y deben hacerlo – sus propias actividades abiertas al público, se hace necesario plantear algo contundente y que tenga respaldo institucional. Público hay para llenar un espacio como el del otro día, lo sabemos de sobra. La cuestión es ofrecer calidad e interés.
Desaparecido el Ciclo Taurino “Diego Rojano” que organizaba la Universidad de Jaén y se celebraba en la Real Sociedad Económica de Amigos del País, posteriormente recuperado modestamente por el Ilustre Colegio de Abogados de Jaén, no ha habido grandes propuestas continuadas de programar conferencias taurinas de calidad. Pasado el tiempo de Alimón- Juventud Taurina de Jaén, tras la pérdida del local del Club Taurino Tendido 1 y después de los intentos de la Asociación de Aficionados Prácticos con su Foro Taurino, de un tiempo a esta parte lo que se ha convocado ha sido muy aislado. Únicamente el Círculo Cultural Taurino de Jaén lo está intentando actualmente con el Ciclo “Salvador Santoro” pero con muchas limitaciones.
Y es que a la hora de echar adelante actos taurinos en Jaén las limitaciones y las complicaciones se disparan. Existe un déficit de espacios públicos para ello – también privados, porque algunos cierran la puerta a lo taurino-, los horarios son muy restringidos, se añaden gastos extras de todo tipo…y a todo se suma el hecho de vivir en una ciudad donde mucha gente se piensa las cosas antes de subir una cuesta para llegar a un sitio.
Siendo el de Jaén el único ayuntamiento de capital andaluza -junto al de Cádiz, donde no hay plaza de toros – que no concede un galardón taurino por su feria, ni organiza el pregón taurino local, ni promueve nada en materia taurina desde tiempo inmemorial, tendría aquí una oportunidad magnífica para propiciar algo de actividad taurina con dignidad y categoría para destinarlo a un público objetivo que existe y que es no tan minoritario como podamos pensar ni se reduce a una burbuja como sí existe en otras esferas de las sociedad jiennense. Sólo hay que irse a los datos objetivos: casi dos mil abonados en San Lucas, seis peñas taurinas locales a pleno rendimiento y numerosos aficionados que llegado el momento salen hasta de debajo de las piedras.
Lo que a Jaén le pueda corresponder por su adhesión al REMTA ( Red de Municipios Taurinos de Jaén) tiene aquí una posibilidad de destino más que lógica. Si existen precedentes de una Mesa del Flamenco y otra del Carnaval en Jaén para darle forma a las cuestiones que atañen a ambos mundos de la mano del ayuntamiento, debe constituirse una similar en torno a lo taurino y dejarse guiar por lo que la afición anhela, reivindica y necesita. Ya estamos tardando en hacer esto realidad.