Plaza de toros de Santisteban del Puerto. Segundo festejo de feria. Novillada mixta con novillos de Roque Jiménez (lidiados para rejones), Martín Carrasco y María Mercado.
SEBASTIÁN FERNÁNDEZ | Traje corto campero | Oreja y oreja | (Rejoneador) |
ÁNGEL DELGADO | Rosa palo y oro | Vuelta al ruedo y ovación | |
MANUEL ROMÁN | Caña y azabache | Vuelta al ruedo y oreja | |
CARLOS FERNÁNDEZ | Azul marino y oro | Ovación | (Sobresaliente) |
Interesante festejo el programado como segundo del ciclo taurino de Santisteban del Puerto, anunciando un mano a mano que reunía a los dos últimos ganadores del Ciclo de Becerradas de Andalucía: el cordobés Manuel Román y el ubetense Ángel Delgado. Junto a ellos, por delante, el rejoneador granadino Sebastián Fernández. Al término del paseíllo se guardó un minuto de silencio en recuerdo de Juan García “El Nati”, transportista de reses bravas fallecido esta semana.
En este festejo se vio torear, y muy bien por cierto. La pena es que la espada no funcionó como debiera y el resultado final quedó algo empequeñecido. Hubo fallo reiterado en la suerte suprema, pero a ojos de todos ahí quedó el toreo realizado por ambos novilleros. Distintos entre sí pero con unas cualidades que ilusionan.
Solvente y sobradamente capacitado el rejoneador Sebastián Fernández. Único actuante que cruzó la puerta grande a hombros. Recibió a su primero con la garrocha, ofreciendo una actuación vibrante. En su segundo, más complicado, tuvo que hacer un esfuerzo importante para poder matarlo ya que el novillo se refugió en tablas y aquello se convirtió en tarea complicada. Él supo solucionar la papeleta.
El ubetense Ángel Delgado sigue evolucionando en su toreo. Ayer dio muestras de su progreso. Variado con el capote y muy firme con la muleta.
Por su parte el cordobés Manuel Román fue toda una sorpresa. Tiene el toreo metido en la cabeza. Compone muy bien la figura, torea con mucho ritmo en todo cuanto hace y sus formas de interpretar el toreo calan en el tendido. Lástima que la espada ayer le jugó una mala pasada.
Y cuando nadie lo esperaba la empresa tuvo el gesto de regalar la lidia del sobrero al sobresaliente Carlos Fernández. Un detalle que el novillero sevillano supo aprovechar pues ofreció una magnífica imagen en todo cuanto hizo, destacando especialmente su raza.
Una novillada interesante pero que se alargó en exceso, durante el festejo más de tres horas.