Es una conducta recurrente entre quienes se sienten contrarios a la tauromaquia señalar a los aficionados a los toros con todo tipo de improperios, traspasando a veces las líneas de la discrepancia para llegar al insulto directo. En las redes sociales esto se magnífica, y cada publicación que procede de un medio de comunicación si difunde contenido taurino automáticamente se ve asediada por numerosas reacciones en contra.
Por esta forma de proceder en nuestro país ya existe jurisprudencia al respecto, condenando a quienes desde las redes sociales impunemente arremeten contra la tauromaquia como colectivo rebasando todos los límites de la libertad de expresión.
Y sucede que en esa autoridad que algunos se atribuyen para decir a otros lo que tienen que hacer, hay quienes “recomiendan” al aficionado taurino acudir a bibliotecas y leer. Un tópico, manido y a veces sonrojante que produce situaciones cómicas como aquella que sucedió hace ya una década cuando un manifestante a las puertas del Coso de La Alameda le gritaba a un aficionado que se dirigía a uno de los accesos de los tendidos de sombra aquello de “Lee un libro” y acto seguido el aficionado sin inmutarse se dio la vuelta y amablemente le dijo que le agradecía la recomendación, deteniéndose brevemente para sacar de la bolsa donde portaba la almohadilla un libro de temática taurina. Evidentemente, se le cambió la cara al manifestante tras recibir semejante “zasca”.
La afición a los toros también se disfruta y se vive con pasión a través de los libros, existiendo incluso dentro del ámbito de los aficionados una tipología concreta de quienes encuentran en los libros una prolongación de lo que se siente más allá de los tendidos: los bibliófilos taurinos.
Recientemente ha abierto sus puertas en Jaén la Biblioteca Literaria Giennnense. Una iniciativa que nace de la Diputación Provincial de Jaén a través del Instituto de Estudios Giennenses. Y si nos preguntamos ¿Cuenta con libros de temática taurina? La respuesta es afirmativa.
Entre la numerosa recopilación que allí se congrega de autores de esta tierra o títulos donde el territorio de Jaén es protagonista, también encontramos lo taurófilo.
No faltan en sus estanterías algunas obras de Ricardo García “K-Hito”. Nacido en Villanueva del Arzobispo y considerado uno de los principales escritores y críticos taurinas de la historia, además de ser un personaje verdaderamente polifacético porque fue dibujante, caricaturista y hasta pionero en el cine de animación. Prolífico autor, su obra “Manolete ya se ha muerto, muerto está que yo lo ví” constituye un relato en primera persona de la fatídica tarde del 28 de agosto de 1947 en que “Manolete” fue corneado por el toro “Islero” de Miura en Linares.
Otro torero, modesto, también es protagonista en un librito bastante desconocido: “Brindando recuerdos”. La autobiografía de Paquito Amor, novillero jiennense que quiso plasmar en una humilde publicación una recopilación de sus vivencias en su paso por los ruedos. Sus páginas evocan el recuerdo de la vieja plaza de toros de Jaén y su adolescencia en aquel Jaén de los años cincuenta.
También el toro tiene su espacio de la mano de quien fuera director de la Escuela Cultural de Tauromaquia de Jaén, Luis de la Rosa Galán. En el año 2015 publicaba “Las castas que dieron origen al actual toro de lidia” de manos del Instituto de Estudios Giennenses.
Dos escritores de Jaén que fueron contemporáneos y compartieron su triple afición a la literatura, la tauromaquia y el flamenco vuelven a reencontrarse a través de sus libros: Diego Rojano Ortega y José Luis Buendía. Ambos dejaron huella en la sociedad de Jaén, que los sigue recordando por su activa implicación en la vida cultural jaenera. Pero especialmente por su legado literario. Ellos no podían faltar en la Biblioteca Literaria Giennense donde ocupa un lugar destacado el poeta Miguel Hernández, cuya residencia en la capital durante un tiempo de su vida lo acabaría ligando para siempre a nuestra tierra pasado el tiempo. Su obra está presente, pero también todo cuanto se ha publicado en torno a él y en ese sentido hay que destacar el excelente trabajo que el profesor de literatura española José María Balcells publicó gracias a la editorial de la Universidad de Jaén bajo el título “Nacido(s) para el luto. Miguel Hernández y los toros”.
Para terminar, también allí se encuentra el único libro dedicado a las ganaderías de lidia de esta tierra, “Recorriendo el campo bravo de Jaén”. Su autor, el mismo que firma esta página. Un servidor de ustedes. Seguro que pronto la nómina de libros y autores seguirá aumentando, porque han sido muchos los jiennenses que han escrito de toros y bien merecen figurar ahí.
Publicado hoy en el Diario Viva Jaén