Por José Luis Marín Weil
Villacarrillo fue escenario de la semifinal del Ciclo de Novilladas de las Escuelas Taurinas de Andalucía el pasado sábado. Única sede jiennense este año, y para la ocasión novillos del campo bravo de Jaén con el hierro de Poli Soriano y dos pegalajeños abriendo el cartel del sexteto, habiéndose ganado por méritos propios sus puestos en esa novillada.
Gracias a Canal Sur Televisión muchos telespectadores pudieron situar a Villacarrillo en el mapa, y seguramente se llevarían una gran sorpresa. Un descubrimiento: una plaza muy amplia que casi se llenó, un ambiente de gala y todos los detalles a la perfección. Nada improvisado.
No es casualidad. En Villacarrillo la afición a los toros en la plaza y en la calle es muy potente y su Peña “Sol y Sombra” es una de las más emblemáticas de la provincia.
Daba gusto ver a una mula perfectamente enjaezada y los mulilleros decorosamente vestidos. Uniformidad en la vestimenta de corraleros, pastores y demás operarios de la plaza de Villacarrillo. Y mención aparte, ver a Miguel “El Librero” ejerciendo las funciones de torilero impecablemente vestido de corto dándole categoría a una sin caballos y a la plaza de su pueblo, algo que ni siquiera se ve en el Coso de La Alameda cuando llega San Lucas.
Una oportunidad bien aprovechada para abrir las puertas de su plaza de toros más allá de septiembre. Y una oportunidad, también, para que el pueblo luciera sus mejores galas ante tanto visitante foráneo. Porque hasta Villacarrillo el pasado sábado peregrinaron no sólo aficionados de Pegalajar apoyando a sus novilleros, pues allí acudieron muchos aficionados de la provincia que prefirieron el tendido al televisor de la casa.
Esto fue un anticipo de lo que vendrá en septiembre, existiendo ya un rún-rún por toda la provincia ante la presencia de los toros de Partido de Resina por las calles de Villacarrillo en un encierro que marcará un antes y un después en la forma de sentir el festejo popular en este taurinísimo pueblo.
En el Ayuntamiento bien lo saben. Paco Miralles, su alcalde, y Paqui, concejala, son dos aficionados volcados con la fiesta y con el pueblo. Por eso no es de extrañar que en Villacarrillo, en materia taurina, las cosas se hagan bien.