La historia no es nueva. La conocemos de sobra. Son seis años – o temporadas- donde viene repitiéndose la misma situación: la empresa de la plaza de Jaén no continuará.
Serolo, Taurolorca, Collado Ruiz, Úbeda Toros in extremis, RB Producciones Taurinas y de nuevo Úbeda Toros. Todas ellas han dado toros en Jaén los últimos seis años y luego no han seguido.
Es algo que desde fuera cuesta entender, y sorprende a ojos de todo el toreo, pero a quienes vivimos en esta ciudad y somos aficionados a la fiesta, no sólo desespera, sino que nos llena de rabia y coraje.
La plaza de toros de Jaén sufre una fortísima inestabilidad que arrastra desde hace años. Eso ha hecho que se pierdan los festejos taurinos tradicionales de la ciudad más allá de San Lucas, pero también que se vivan situaciones límite como la de 2012 cuando en el último momento, deprisa y corriendo, se consiguió montar una corrida de toros y una sin caballos para que la Feria no transcurriera sin toros con el agravante, además, de coincidir con la fecha del cincuentenario de la plaza que dicho sea de paso, se conmemoró de la peor forma posible. Es más, ni siquiera aquella vez se pudo celebrar el Pregón Taurino, siendo hasta el momento la única edición que eso ha ocurrido.
A raíz de la salida a principios de 2014 de la empresa RB Producciones Taurinas en mi columna semanal de la contraportada del Diario Viva Jaén, escribí de ello y lo titulé “Se repite la historia”. Por aquello me exigieron explicaciones y me llovieron críticas. Ha pasado el tiempo y el titular sigue cobrando vigencia porque efectivamente, se repite la historia.
Sin entrar en detalles, los motivos vuelven a ser los mismos: la empresa replantea la situación y su contrato a algo más sensato acorde con la realidad taurina actual. La propiedad se opone, no lo admite y consecuentemente el contrato se rescinde y la empresa se marcha.
Es triste pero es cierto que Jaén capital, taurinamente, no cuenta nada para el toreo. Sumado a que San Lucas llega por octubre y muchas figuras ponen fin en Zaragoza o incluso antes, hay toreros que por desgracia caen heridos en el tropel de ferias de septiembre y sobre todo las fechas de octubre son muy malas para llevar gente a los toros, la plaza de Jaén está señalado negativamente entre los profesionales. Un triunfo en San Lucas ya no se mide como el broche de oro a una temporada para las figuras, porque sencillamente las grandes figuras apenas quieren “hacer el esfuerzo” de venir aquí. Un triunfo aquí, tampoco consuela a los toreros locales de la provincia porque han visto que por mucho que salgan a hombros al año siguiente nadie les garantiza que los vuelvan a anunciar de nuevo en Jaén. Que se lo pregunten a Alberto Lamelas y José Carlos Venegas…
No existen galardones de prestigio por San Lucas, y lo poquito que se concede o se queda desierto o ni siquiera se le llega a entregar al torero porque no hay forma de dar con él, o apenas muestra interés en recogerlo. Por cierto, el Trofeo que concede la propiedad ¿Se lo han dado a alguien en estos últimos años? ¿Lo han declarado desierto? Como no lo comunican públicamente, ni se sabe.
Y hablando de comunicar y de saber, lo que suceda en el ruedo de Jaén por San Lucas poca repercusión mediática tiene en la prensa taurina nacional ya que la inmensa mayoría de los grandes medios tampoco vienen. Es más, algún año esta feria no ha aparecido ni en Tendido Cero ni en Toros para Todos, y ante eso poco más se puede decir.
Quién más pierde en todo esto es la afición. No tiene continuidad, no se le ofrecen alicientes y cuando acude a la plaza en los últimos años lo hace con cierta resignación al ver que por enésima vez anuncian a los mismos un año tras otro. Cierto es que económicamente le salvan algo al empresario, pero al aficionado provoca desilusión y esto es una verdad como un templo. Prueba de ello es que bastantes aficionados el pasado año renovaron su abono medio a regañadientes por no perder su sitio en la plaza y por no ver pasar los días de feria sin ir a los toros, admitiendo que los carteles no le seducían lo más mínimo y realmente eran un reclamo a quedarse en casa viendo el Canal Plus Toros y de paso ahorrarse un dinero.
Seguramente vendrán empresas y empresarios a preguntar e interesarse por la plaza. No lo dudo. Pero viendo la realidad del toreo en España y conociendo de primera mano la situación aquí en la capital, no puedo ser optimista.
La historia, como decimos, se lleva repitiendo seis años seguidos. Nadie se queda aquí y esto no debe ser una casualidad precisamente. En 2012 las entidades taurinas locales se vieron forzadas a emitir – por dos veces- un comunicado dando la voz de alarma, quejándose y haciendo un llamamiento. Choca frontalmente que existiendo varios colectivos en una misma ciudad no puedan disfrutar plenamente de su afición de una manera normal y activa.
Ahora toca esperar. La propiedad tiene la palabra y la responsabilidad de garantizar que la Fiesta de los toros en esta ciudad se estabilice o se siga resquebrajando, porque para eso la plaza es suya y ellos deciden. Y esa es la única verdad.