Plaza de toros de Jaén. Coso de La Alameda
7 de julio 2012. Media entrada en los tendidos
Dos erales de la ganadería de García Merchante de gran presencia, excelente presentación y buen juego. Fueron picados ambos Cuatro erales y un añojo de la ganadería de Remonta, de buen juego en general. Complicado el cuarto, siendo el quinto el mejor de la noche. Al añojo que cerraba plaza se le concedió la vuelta al ruedo en reconocimiento a toda la novillada.
Carlos Ojeda (Ciruela y oro) Dos orejas
Manuel Fuentes (Tabaco y oro) Dos orejas
José Juan Ramírez “El Fari” (Azul celeste e hilo blanco) Una oreja
Pepe Viedma (Azul pavo y oro) Una oreja
Verónica Ruiz (Grana y oro) Dos orejas.
Incidencias. David Olivares fue atendido en la enfermería tras clavarse una banderilla en el tercero. Se le pusieron varias grapas y pudo continuar.
Participó excepcionalmente picando los dos primeros novillos el picador Gabriel Mercado. Las cuadrillas estuvieron formadas por Manuel Morales, Omar Guerra y Rafael Pacheco.
Intervinieron en momentos puntuales del festejo los alumnos Curro Castillo (banderilleando) y Álvaro Díaz.
Amenizó el festejo la Banda de Música de Belmez de la Moraleda, que desfiló en pasacalles por el ruedo antes del festejo. En el intermedio entre el tercer y cuarto novillo se realizó un sorteo de productos ibéricos y una bicicleta.
Jaén merece espectáculos como el de ayer. También los necesita. Y taurinamente con la que está cayendo en esta ciudad, no digamos. Festejos como este fomentan muchísimo la afición y eso precisamente es lo que hace falta para que esto siga vivo.
La Escuela Taurina ha vuelto a demostrar que en la sombra, con muy poquitos medios, sin recursos económicos pero con un enorme sacrificio y mucha imaginación está saliendo adelante ahora más que nunca. Ayer hacían el paseíllo seis alumnos vestidos de luces, pero junto a ellos un tropel de niños toreros por delante. Nueve chavalitos vestidos de corto, con su capote al hombro. Son el futuro de la Fiesta en nuestra ciudad. Ayer, desde el callejón, eran testigos emocionados del triunfo de los mayores, compañeros a los que admiran y que son el presente.
Carlos Ojeda, el más toreado de todos. Una afirmación, una evidencia. Entendió a las mil maravillas al novillo que abría plaza. El novillo era un torito en toda regla y fue un acierto meter el caballo tanto a ese como al segundo. Ojeda es un torero cuajado que va pidiendo volumen en el toro y ayer toreó con madurez. El estoconazo final, de los que no se olvidan.
Manuel Fuentes suma y sigue.Se encontró con un novillo de una embestida lentísima, “embestida mejicana” que llaman en casa de García Merchante a sus toros que embisten así, y él con la muleta llegó a torear muy lentito, despacio, durmiendo el muletazo. Previo a ello invitó a parear al banderillero catalán Omar Guerra, quien en su día fuera alumno de esta Escuela. Ambos protagonizaron un vistoso tercio de banderillas.
La faena de muleta se alargó en exceso, y como viene siendo habitual su hermana Juani alzó su voz desde el tendido para acompañar el toreo de Manuel Fuentes. Como colofón a su faena, una espada que entró a cámara lenta en el novillo, como cuando un cuchillo se hunde en la mantequilla. Nuevo éxito del torero de Belmez, quien por cierto brindó a la banda de su pueblo, que gracias a él, a su gestión, pudo haber acompañamiento musical a esta noche de toros.
“El Fari” toreó con gusto en el capote al que hacía tercero. Se nota que le tiene cogido el aire al percal. En la muleta hubo momentos intermitentes y faltó algo de acople. Voluntad y ganas le sobraban. Es el tercer novillo que mata en su carrera y cada oportunidad como ésta es un paso adelante que va dando.
A Pepe Viedma le tocó bailar con la más fea. El suyo fue el más complicado de la noche y no permitió al ubetense sacar el toreo artista que le gusta interpretar. Lo mejor fue en el inicio, con el capote, donde se estiró con gusto a la verónica. Fue el único que recibió con una largar cambiada a su novillo.
Cara y cruz para David Olivares. Sufrió un percance, más bien accidente, al clavarse un arpón en el tercero. Pasó a la enfermería, salió de ella para torear el quinto y se topó con un animal extraordinario. Quiénes creían que se iban a encontrar a aquel torero bullidor y torbellino que se presentó en la clase práctica de septiembre se equivocaban. Ha madurado en estos meses y se ha transformado en un torero poderoso, de enorme capacidad y que compone muy bien. Hizo un quite con Carlos Ojeda al alimón, vistoso y que recordaba a los tiempos de los hermanos Esplá. Naturales de excepción, torero de enorme valor y aplomo, el tendido se volcó con él gritándole ¡torero, torero! Ojito a David Olivares de aquí en adelante.
Epílogo del festejo, el debut en público de Verónica Ruiz. De grana y oro, el color de los valientes. Un traje que llevaba un año entero en un armario esperando con ilusión la llegada de este momento. Desde los tiempos de Lola Beltrán no había vuelto a salir una mujer torero en esta provincia. Ahora recoge su testigo esta marteña que ha cumplido el sueño de su vida. Y lo ha hecho con dignidad.
Salía suelto “Aviador”, el becerrro con el que debutaba y hubo de esperar hasta conseguir meterlo en el capote. Cuando lo hizo, le enjaretó seis verónicas seguidas rematando con la media. Verónica toreando a la verónica.
Antes de tomar la muleta Joselito Rus tenía una sorpresa. Hizo salir a Alvarito Díaz, uno de los niños toreros que se van formando a fuego lento esperando el mañana. Hizo un quite y dejó boquiabiertos a todos. Tras ello, Verónica tomó la muleta y poco a poco fue sacando adelante la faena. Quería hacer las cosas bien, pero al ser la primera vez a veces se atropellaba un poco. El becerro escogido puso en bandeja los ingredientes para torear a gusto y ella logró derechazos muy profundos y varios naturales de buena nota. En el tramo final, perdió en varias ocasiones la muleta y ella se enrabietó. Como colofón una media estocada habilidosa y suficiente, en este el primer becerro que toreaba en su vida.
Hacía realidad su sueño, cumplía una ilusión que tenía desde niña y sus lágrimas en la vuelta al ruedo, al pasear las dos orejas reflejaban la emoción por haber conseguido algo que no todo el mundo es capaz de hacer. Desde ayer pertenece a ese exclusivo mundo de privilegiados que han hecho el paseíllo enfundándose el chispeante. Y ella, que tiene sensibilidad, sacó a su compañero Alvarito a recibir la ovación desde los medios por ese quite y esa tanda que esta promesa del toreo jiennense nos regaló.
Al final, el objetivo de la Escuela se cumplió. La gente lo pasó en grande y se vuelve a recobrar la ilusión por los nuevos valores del toreo jiennense. La cantera crece y Jaén debe saber apoyar a estos jóvenes que tienen la ilusión de querer ser toreros.
Foto: Javier Altarejos