Veníamos del Jontoya y nos acercamos a la plaza a verlos entrenar. Era octubre, pórtico de la Feria de San Lucas, vísperas del Pregón Taurino de José Luis Buendía un par de horas más tarde en el salón de actos de la propia plaza.
Uno de ellos no nos sonaba. Era flaquito y algo pequeño de estatura, muy poquita cosa. Al término de una tanda con la muleta se vino para nosotros y nos saludó:
– Me llamo Carlos y me he venido de Almería. Con lo puesto.
Así fue para Arturo Montilla y para mí la tarjeta de presentación de Carlos Ojeda el día que lo conocimos. Nos sorprendió, nos llamó la atención, pues no tendría más de quince o dieciséis años y había tomado la decisión de venirse hasta Jaén para intentar ser torero aprovechando que un pariente vivía aquí.
Dar el paso evidentemente no fue fácil. Dejaba atrás su familia y su tierra, llegaba aquí sobre todo buscando hacer campo, verle la cara a los animales, para de esa forma poder progresar. Y no se equivocó.
Venir a Jaén a hacerse torero fue clave en su camino que si bien ya lleva unos kilómetros recorridos, mucho le queda por delante. Forjado a medias entre Almería y Jaén, entre sus escuelas taurinas, recientemente todo el mundo pudo ver en el Festival del Cáncer que todo el esfuerzo que hasta ahora ha realizado no está siendo en vano. Su inclusión en el cartel de antemano fue cuestionada por tratarse de un sin caballos. El tiempo ha demostrado que Joselito Rus apostaba sobre seguro y con creces ha quedado patente que Carlos va por el buen camino.
No era fácil la papeleta. Hacer el paseíllo flanqueado entre figuras y versélas ante un utrero, a priori era una responsabilidad. Hacerlo dentro del marco del festival de la lucha contra el cáncer, para él, una motivación mayor aún.Un crespón negro en su chaquetilla hablaba por él.
De cómo estuvo aquella tarde no seré yo quien hable, pues no pude presenciar el festejo. Si sé lo que la gente habla desde entonces, coincidiendo todos, absolutamente todos, en que la dimensión de este almeriense, de este universitario que cada semana viene hasta Jaén a entrenar, fue enorme y que su camino en esto del toro, si la suerte le acompaña, tiene mucho por andar.