Plaza de toros de Linares. Primera corrida de abono de la Real Feria de San Agustín de Linares
Tres cuartos de plaza. Seis toros de Álvaro Núñez y uno de Román Sorando (2º, sobrero)
CURRO DÍAZ | Grana y oro | Oreja, oreja, dos orejas,saludos desde el tercio, oreja y silencio |
La letra del célebre pasodoble “Linares Minero” cantaba aquello de “fuiste calvario glorioso del mejor de los toreros”. Y eso al llegar el día 28 de agosto en Linares se perpetúa en el recuerdo de los linarenses año tras año cuando el paseíllo se detiene, el silencio se hace y un ¡Gloria a Manolete! resuena en el Coso de Santa Margarita recordando la historia que marcó a esta plaza, a Linares y al 28 de agosto en el calendario vital de los linarenses.
Por eso esta cita es sagrada cuando llega la feria de San Agustín. Un compromiso de Linares con el recuerdo vitalicio a Manolete que estuvo a punto de ser mancillado – si es que acaso no ocurrió verdaderamente – con la caída del cartel de Morante de la Puebla y Manzanares en extrañas circunstancias. Una fuga que casi deja huérfanos de toros a los linarenses en su día más grande. Y ante semejante despropósito Curro Díaz tiró de raza y orgullo y se echó a las espaldas el compromiso de lidiar los seis toros en solitario.
Linares regaló a su torero una de las ovaciones más emocionantes que se recuerdan y que se prolongó durante todo el paseíllo. A partir de ahí comenzó la gesta de Curro ante un sexteto de toros de Álvaro Núñez que ofreció un juego desigual y fue de más a menos hasta el punto que el último toro directamente se echó tras la primera tanda con la muleta. Faltó emoción a la corrida, no hubo ningún toro que lograse levantar la tarde.
El primero embestía sin demasiado celo, pero se dejaba torear. El segundo fue devuelto y salió en su lugar un sobrero de Román Sorando que derribó las tablas del callejón nada más salir.Cabeceaba echando la cara arriba y había que hacerle las cosas poco a poco. El tercero protagonizó una lidia caótica al principio, yendo de aquí para allá, suelto, poniendo en aprietos a las cuadrillas para luego quedarse muy parado. Con el cuarto Curro abrevió e hizo bien, porque no tenía prácticamente un pase. El quinto se frenaba, medía al torero y había que estar encima de él. Y en el que cerraba plaza, apenas duró un suspiro en la muleta.
Curro estuvo hecho un cañón con la espada. Prácticamente a todos los mató de estoconazos que por sí solos merecieron los trofeos que se le fueron concediendo. Con esta tarde Curro firmó una de las tardes más importantes de su carrera, haciendo un auténtico esfuerzo tirando de pundonor y dignididad, demostrando un compromiso indudable con su profesión pero sobre todo con su tierra. Por eso la ovación inicial y la posterior en el toro que cerraba plaza cuando puso en pie a todo Linares en el brindis, evidencian lo que esta tarde supondrá en la amplia trayectoria de Curro Díaz.
Mención aparte cabe destacar a los toreros que conformaron las cuadrillas en un tiempo récord, salvando este festejo con profesionalidad. Y en este sentido, hay que poner en valor la nómina de toreros jiennenses que ayer se sumaron al compromiso de Curro Díaz. Hasta ocho jiennenses hicieron el paseíllo ayer: Saleri – que ejerció como sobresaliente, los banderilleros Juan Carlos García – fijo en la cuadrilla-, Joselito Rus, “El Fari” y Víctor del Pozo, y los picadores Agustín Collado y Andrés Nieto. Un dato a tener muy en cuenta.