1ª de la Feria de San Lucas. Un quinto de plaza.
Plaza de Toros de Jaén. Coso de La Alameda
Toros de Torrealta (6º bis) terciados y manejables en conjunto.
Finito de Córdoba,(tabaco y oro) leves pitos tras aviso y división tras aviso.
Salvador Vega, (blanco y oro)oreja y saludos.
Daniel Luque, (canela y oro) dos orejas y dos orejas.
En tardes así uno se da cuenta del aforo tan grande de que dispone la Plaza de Jaén. Estuvimos los justos y el cartel francamente no era malo, al contrario, interesante. Quitando abonados, aficionados irreductibles, público de ocasión y una patulea de guiris, supongo que erasmus, en una andanada de sol, ayer tarde no hubo mucho personal.
Entre la escasez de público y la abundancia de cemento aquello por momentos se asemejaba a un tentadero pues las voces de algunos banderilleros desde la tronera del burladero se oían tanto como si estuviéramos ahí mismo.
La corrida se dejó. Ya sobre el papel la de Torrealta era la que más interés había despertado, sobre todo tras el encierro que se lidió en Madrid no hace mucho. Manejables, noblones, el sexto, un jabonero sucio que salió de sobrero tras romperse un pitón el titular resultó ser el mejor.
Finito pudo alcanzar un triunfo importante pero todo se le fue por la espada. Un auténtico mitín en la suerte suprema que emborronó todo lo que hasta entonces había ofrecido. Jaén es una plaza que a él le gusta, me consta, pero por el contrario él es un torero que en Jaén ha agotado la paciencia de muchos aficionados que no le consienten ya ni una y a la primera se ceban con él. Tuvo momentos importantes, de altura, pero en nada quedó la cosa.
Salvador Vega muy digno. Un torero que puede recuperarse y que en carteles como éste encaja y tiene mucho que decir. Mejor en su primero porque el quinto tenía menos opciones. Pasajes de calidad con el capote y temple con la muleta, cuya faena inició por bajo faltando algo de ligazón en el trasteo. Puede reencontrarse con el camino que le devuelva a las ferias y los carteles.
Y lo de Luque fue de traca. Muy fuerte, se llevó cuatro orejas a las primeras de cambio. Como si fuera tan fácil. Excepcional en el toreo de capa, donde pasa por ser uno de los mejores capoteros del escalafón. Hubo muletazos de mucha calidad, pero su toreo por momentos era acelerado. Al sobrero, ya de últimas, toreó con su consabido concepto de estaticismo y arrimón. Aquello que ha dado en llamar «Luquesina» y que no es otra cosa que con ausencia del ayuda plantarse en un palmo de terreno y llevar al toro de un lado a otro cambiándose la muleta por la espalda al final del muletazo.
Quedan dos festejos por delante, pero Luque ya se ha posicionado al frente de la Feria de San Lucas.