Cuando los sueños se cumplen.
A tí,Patri
Tal día como hoy sobre el ruedo de La Maestranza descargó la mundial y sobre el barrizal en que se convertió su arena Jesulín y El Fandi se las veían y no se las entendían sobre la continuidad de la lidia.En esos momentos volvía yo para Jaén en el tren intentando a muy duras penas escuchar la corrida por la radio,cosa casi imposible pues entre tuneles y velocidad la señal se iba perdiendo.Regresé a mi casa con la mente puesta en la niña que me dejé en la estación de autobuses de Sevilla,donde cosas de la vida,las lágrimas se me escaparon sin remedio.
Atrás quedaba una tarde en La Maestranza para el recuerdo dentro de un fin de semana inolvidable.Un César Rincón que esperaba ver a lo grande y que se tiró a lo bajo.La eclosión de Castella en Sevilla ante un toro al que se le premió la muerta al ruedo por una muerte lentísima en el mismo centro de la Plaza y un Manzanares hijo que me ofreció una cara distinta a la que me venía mostrando,dando lugar a que yo ahora le otorgue un cierto crédito.
Tarde de toros y emociones a la vera del Guadalquivir,teniendo a mi derecha a nuestra buena amiga Conchita,siempre atenta a todo lo que nos hacía falta.Y a mi izquierda,la niña que me tiene loco y que me regaló un fin de semana para el recuerdo.Las ganas de volver a repetir una cosa así me rodean desde entonces,y ella que es una gran aficionada ya viene diciendo que la próxima será la encerrona de El Cid,pero yo le he dicho que no.No soy capaz de esperar tantísimo,así que si Dios quiere nos vamos a las nocturnas de promoción aunque sea en el mes de julio y en Sevilla la cosa no esté muy fresquita que digamos.
Pero esta es la suerte tan inmensa que he tenido,la de cruzarme en el camino de alguien que va a los toros buscando lo mismo que yo.Alguien que antes que le pregunte cualquier cosa ya me está soltando lo que le parece el toro,y alguien a quien su presencia en cualquier conferencia taurina provoca que el resto de vejestorios (que por desgracia siempre son los mismos los que van a las mismas cosas) piensen aquello de que va a los sitios buscando a los toreros,cuando la realidad nos dice que no es así sino que tiene una afición como la copa de un pino.Y es para darle las gracias a Dios que las únicas discusiones que tengamos sean por no ponernos de acuerdo en que corrida ver o no.
Un fin de semana que empezó cuando me monté en el tren desde Jaén con la ilusión de ver mi primera corrida de toros en La Maestranza de Sevilla y reencontrarme con mi novia,disfrutando en el viaje al leer la antología de crónicas taurinas de Joaquín Vidal,libro que se lee a retazos y en cuyas páginas encontraba escritos de tardes de gloria y fracaso en Sevilla que me aumentaron la ilusión de poder ser yo testigo de una tarde para el recuerdo bajo el cielo de Sevilla.
La pena fue que el día anterior,el viernes toreaban en Sevilla con el «no hay billetes» en las taquillas colgado,un cartel que en Sevilla van a tardar en olvidar:Enrique Ponce,Morante de La Puebla y el extremeño Perera.Ella me lo dijo:»nos hemos equivocado,ese cartel era el que teníamos que ver ya que tu eres muy de Ponce y yo lo soy de Morante».Y por las calles cercanas a Sevilla se respiraba un ambiente de ensueño.
Cruzarte con Paco Camino,Manolo Cortés,que pase a tu lado Antonio Burgos,tres filas por debajo esté sentado Pepín Líria y al cruzar la esquina de Reyes Católicos te encuentres de cara con El Litri padre…no es cualquier cosa.Tampoco puedo olvidar lo bien que nos trataron Javier Gil Belmonte,José Pablo García e Irene Falcón ante los micrófonos de «El Paseíllo», el programa taurino que ellos dirigen y presentan en las ondas de la Radio del Sevilla Fútbol Club,porque lo pasamos realmente bien allí en el Sánchez Pijuan hablando de toros y más tarde tapeando por Triana.
Soñaba con ver toros en Sevilla.Siempre quise que al llegar ese día tuviera con quien compartirlo.Gracias a Dios pude hacer mis sueños realidad, y es que a veces los sueños se cumplen.