Nunca he estado en la Goyesca de Ronda. Tampoco he presenciado en mi vida festejo alguno en el que los lidiadores en lugar de traje de luces hicieran el paseíllos ataviados con la vestimenta propia de los tiempos del pintor aragonés.

Pienso francamente que todo festejo taurino goyesco que se celebre fuera del marco incomparable de la plaza de toros de Ronda carece de sentido. Sin ir más lejos la encerrona de Jesulín hace unos años en el Coso de La Alameda a la usanza goyesca, pasado el tiempo me sigue pareciendo una auténtica chominá. Y con perdón por la palabra, que dicho sea de paso, es una forma muy de aquí de expresar aquello que puede considerarse una tontería gorda.

  Así las cosas, se celebran corridas goyescas hasta en portátiles y cada vez más se experimenta musicalmente en los festejos taurinos.

  A uno le gusta el flamenco, y bastante además. Uno ha tenido ocasión de presenciar dos festivales benéficos en la plaza de Linares sonorizados musicalmente por guitarra y cante flamenco, no por una banda de música.

 En el ruedo toro y torero y desde el tendido la voz de Juan Peña «Lebrijano» cantándole a Ponce, Enrique Morente a Conde (lógicamente), Argentina, la joven de Huelva. El que fuera banderillero de Linares Enrique Soto o Carlos Cruz, que también vistió de luces. Todos ellos poniéndole música con su garganta al toreo.

  Aquello por momentos era bonito, pero también por momentos no pegaba ni con cola y se echaba verdaderamente de menos un pasodoble bien interpretado con toda su majestuosidad. Un «Martín Agüero» en condiciones.

  Ahora me encuentro gracias a internet con las imágenes de la primera Corrida Cervantina de Guanajuato, en México.

 Una plaza portátil dentro de un estadiode béisbol (según me han comentado). Los toreros en lugar de un terno en oro, plata o azabache, un traje goyesco. Y de fondo la música de pasacalles de la Estudiantina de la Universidad de Guanajuato. Ver el video y en él reconocer al fondo a todos ellos con esa vestimenta que en nada tiene que ver con la nuestra, con la original. Ver las imágenes de Castella toreando al natural y de fondo sentir el redoble del pandero o escuchar «Granada» mientras torea «El Payo» da un no sé qué, por mucho que uno sea aficionado a los toros y a la vez tuno.

  Sinceramente estos experimentos musicales no me van.