Plaza de Toros de Linares. Coso de Santa Margarita.
2ª de abono. Lleno absoluto.
Toros de “El Pilar”. Fueron devueltos 2º y 4º por sobreros de “El Tajo” y “La Reina”.
Juan Serrano “Finito de Córdoba” (catafalco y oro) Pitos y Bronca tras tres avisos (toro devuelto)
José Tomás. (Rosa palo y oro) Dos orejas y dos orejas.
Curro Díaz (Grana y oro) Dos orejas en el único que mató.
Saludó en banderillas José Chacón, de la cuadrilla de José Tomás.
No sé si ha llegado a colgar el cartel de “No hay billetes”, lo ignoro. Sí sé que la plaza estaba llenar hasta decir basta y que en la calle los reventas intentaban colocar sus entradas como fuera.
Si sé que mucha, muchísima gente había ido a ver a José Tomás, y otros muchos a Curro Díaz. También sé que algunos iban a ver a “Finito de Córdoba” y precisamente estos últimos han visto lo que no hubieran querido ver nunca: su torero retirándose a las tablas bajo una lluvia de almohadillas luego de recibir tres avisos y el pañuelo verde asomarse al palco presidencial. Yo le he visto tardes muy buenas, donde ha estado enorme pero precisamente esta de hoy ha sido y será la peor.
La tarde que se ha vivido en el Coso de Santa Margarita ha sido para no olvidar porque ha tenido momentos muy intensos. Una tarde de luces y sombras que se ha ido viviendo con altibajos. Cuando todo parecía discurrir por la senda de lo glorioso lo dramático llegó y es que el último de la tarde se llevó por delante a Curro Díaz en los primeros compases con el capote al intentar pararlo, prendiéndolo por el pecho para posteriormente arrollarlo.
Quedó Curro inmóvil sobre el albero. Encogido el cuerpo, sin reaccionar, con el toro a escasos metros de él. En esa posición, en esa situación permaneció durante cinco, seis, siete no sé cuantos segundos. Aquello pareció una eternidad. Las cuadrillas lograron recogerlo y al trasladarlo hacia la enfermería la imagen parecía la de un cuerpo sin vida. Horrible. Muy duro.
Me bajé a la enfermería y el ambiente era desolador. Ví gente llorar, ví gente hacer la señal de la cruz sobre su cuerpo y pedirle a Dios por el torero de Linares.
Al final todo quedó en el pedazo golpe recibido sobre pecho, cara y cuello. Nada se decía de una posible cornada. Sí que se había tragado la lengua. Se lo llevaron en la camilla hacia la ambulancia y de ahí al hospital. En ese momento la gente rompió en aplausos y aunque fuera en una camilla, salió por la Puerta Grande, que era lo que se había ganado momentos antes en el ruedo.
Firmó los muletazos más artísticos y profundos de la tarde. Muchos de ellos de bellísima factura, como suele decirse. Su primero era manifiestamente burriciego y ya en el capote lo puso en apuros, llegando a llevárselo por delante. Pasado el tercio de varas y el trance de las banderillas el toro se transformó, cambió por completo y posibilitó a Curro Díaz hacer el toreo. La plaza, que ya anteriormente había vibrado con José Tomás se vino arriba totalmente. La afición estaba entregada a su torero.
Y antes y después de ese tercero José Tomás levantó al público de sus asientos. Siente este torero algo especial por Linares, y la figura de “Manolete” la lleva metida totalmente en la cabeza. Sin ir más lejos ha toreado vestido como él lo hiciera aquel día: de rosa y oro.
De sus dos faenas la segunda ha sido mucho más compacta, más auténtica, más sentida. Con el capote brindó un quite por delantales en el centro de la plaza. Un quite de larga duración y no exento de emoción. Una faena de muleta intensísima que rubricó con un espadazo, aunque caído, eso sí.
Antes pudo ver como el segundo de la tarde, tras un excepcional recibo de capa se partía el pitón al rematar contra un burladero. Protestó la gente y pañuelo verde al canto. Saltó al ruedo uno de lo que tiene “Joselito” lo de “El Tajo y La Reina” que dio buen juego aunque buscaba siempre rajarse y tomar camino hacia las tablas. Ya con la muleta le ha pegado una tanda de manoletinas, cuatro, o cinco, sin mover un palmo las zapatillas, pasándoselo muy cerca. Un estoconazo en el sitio, las dos orejas en las manos y el gentío como loco con él.
Una tarde muy larga, de larguísima duración. En la que ha habido de todo pero sobre todo de muchísimo calor. La Plaza de Toros de Linares es un microondas.
Parte médico de Curro Díaz: Traumatismo torácico, craneal y nasal, con pérdida momentánea de conocimiento que recupera en la enfermería. Trasladado al Hospital de Linares para estudio radiológico. Firmado doctor Rafael Torres.