Lo de ayer fue tremendo. Yo me emocioné mucho, muchísimo. Siento una devoción enorme desde muy pequeño hacia el torero de Alicante. Un torero que me cautivó con su personalidad, con su Tauromaquia tan distinta.
Guardo en la memoria sus juegos con el toro en banderillas, sus faenas de muleta con la montera calada y sus trajes de luces de alamares largos y hombreras caídas. Estampa de un toreo antiguo.
El toreo entendido como un ejercicio de creatividad. La creatividad puesta al servicio del toreo. La lidia como una forma de entender al toro llevada a su máxima expresión. La inteligencia y sabiduría en la plaza. Esplá, otra dimensión
Desgraciadamente sólo le he visto torear una sola vez: aquí en Jaén. Hace ya de esto nueve años. Cumplía ese día la ilusión mía por verle torear en directo, y el año pasado en Huelva por fin pude acercarme a él, conocerle y hablar. Un genio de esto. Torero más allá de la plaza, un intelectual enfundado en un traje de luces.
Creo que muy dificilmente podré verle torear en alguna plaza este año, y doy por seguro que se irá del toreo sin hacer el paseíllo en la plaza de Jaén. No porque no quiera él,seguro estoy.
Lo de ayer vino a demostrar una vez más la grandeza del toreo y lo imprevisible de esta Fiesta. Para qué decir más si sobran las palabras.
Que tío más grande.
Foto: Juan Pelegrín. www.las-ventas.com