LEONARDO HERNÁNDEZ | Herido | |
CURRO DÍAZ | Grana y oro | Oreja y oreja |
CAYETANO | Tabaco y oro | Dos orejas y dos orejas y rabo simbólicos tras aviso |
GINÉS MARÍN | Azul purísima y oro | Dos orejas y oreja |
•Media entrada en tarde muy desapacible. Seis toros de Núñez del Cuvillo, de desigual presentación,algunos algo chicos y de buen juego en general, siendo indultado el sexto de la tarde «Comilón-257». El primero para rejones fue del hierro de Fermín Bohórquez.
La Corrida del Renacimiento de Baeza es un proyecto con buenas intenciones. Nació aprovechando la efeméride del 125 Aniversario de la plaza de Baeza y lo hizo bajo la idiosincrasia renacentista que marca la historia y personalidad de la Ciudad Patrimonio de la Humanidad. La pretensión inicial es ver a los diestros lidiar ataviados con la vestimenta de la época, algo que por el momento no se consigue pero que sí se percibe en alguacilillos y mulilleros.
Esta corrida cuenta con un prólogo:durante casi un mes convierte a Baeza en el epicentro de la cultura taurina con un extenso programa de actividades de mucho nivel e interés. Y el colofón a todo ello es la corrida. En este contexto es fundamental que todo lo que rodea a la corrida salga a pedir de boca porque al fin y al cabo es lo que da sentido a todo lo que se genera en Baeza a nivel taurino.
La corrida no estuvo exenta de polémica desde el día anterior en cuanto se supo que Manzanares causaba baja del cartel. Posteriormente esa polémica se acrecentó mucho más al conocer que Talavante tampoco haría el paseíllo en Baeza. Esto provocó devolución de entradas en la taquilla y a más de un aficionado lo dejó en su casa en último momento.El aficionado a los toros se mueve guiado por una ilusión, una expectativa y hace un esfuerzo doble:se rasca el bolsillo para gastarse un dinero importante en taquilla y hace kilómetros para ver un festejo con resultados a priori imprevisibles.
Esta situación empequeñece y enturbia todo lo que envuelve a una corrida como la que ayer se anunciaba inicialmente en Baeza. Un cartelito anunciando la sustitución y reestructuración de parte de la terna por supuestas lesiones de Manzanares y Talavante generó todo tipo de controversias y suspicacias. Entraron Curro Díaz y Ginés Marín por la vía de la sustitución.
Gran ambiente de toros durante todo el día en Baeza. Por las calles de Baeza se veía a niños con muletas y banderillas de regreso a casa tras haber disfrutado de las actividades del “Programa Víctor Barrio” por la mañana en el ruedo. ¡Qué cosa más bonita!
Dos horas antes del festejo a velocidad de rayo apareció Cayetano corriendo por el centro del pueblo. Los clientes del Mercantil -muchos de ellos aficionados foráneos- se sorprendieron viéndole correr hacia atrás a lo largo del Paseo de la Constitución.
Para entonces daba gusto estar y pasear por Baeza. La tarde invitaba a ello y a las puertas de la plaza mientras el gentío se iba congregando almohadilla en mano y pertrechado el personal con sus mejores galas, se veía llegar a las cuadrillas en coches de caballo, dándole así importancia y categoría a la corrida.
Pero…sucedió que sobre la comarca de la Loma se juntaron unas nubes con muy malas intenciones y lo que poquito antes del paseíllo eran tímidas gotas se tornó en una monumental tormenta que se llevó por delante todo el desarrollo del festejo.
Lluvia incesante por castigo durante más de la mitad del festejo. Carreras de aquí para allá buscando refugio en la única zona cubierta de la plaza. Pagar 60,70 u 80 euros por una entrada para acabar viendo tres o cuatro toros de pie, apretujados unos con otros…o ni siquiera poder ver nada porque la estatura y las condiciones no dan para más. Así sucedió.
Mucho mérito el de los toreros por sacar adelante el festejo y dar la cara, jugándosela con el ruedo impracticable.Y mucho mérito también el del público, que aguantó estoico durante todo un festejo que perfectamente se podía haber suspendido.
A un servidor la Moleskine se le acabó empapando, la tinta de bolígrafo de anteriores reseñas …se corrió por entre las páginas, solapándose unas con otras. Calado hasta los huesos, me traigo de Baeza un constipado importante, la Moleskine donde anoto pinchazos, avisos y descabellos…directamente para tirarla a la basura. Y también una almohadilla que me encontré por el tendido.
A los toros anunciados de Núñez del Cuvillo se añadió un toro de Fermín Bohórquez para el rejoneador Leonardo Hernández,que tuvo una actuación muy voluntariosa hasta que desgraciadamente su caballo sufrió un resbalón, se cayó el rejoneador extremeño y recibió una paliza considerable por parte del toro primero del festejo. No pudo continuar la lidia, visiblemente dolorido y hubo de ser trasladado a la enfermería para ponerse en manos del Doctor Rafael Fuentes.
Curro Díaz toreó con gran hondura por el pitón derecho al primero de su lote bajo el diluvio universal. Como si no importase la lluvia. Una faena de enjundia que el palco minimizó al conceder un sólo trofeo.. El segundo suyo, algo más complicado, también le permitió hacer el toreo bueno. La estocada cayó algo baja.
Cayetano rayó a gran dimensión toda la tarde. Toreó con mucho temple, gusto y ritmo en todo cuanto hizo. A ello se añade la predisposición total para con el público. Tras haber cortado dos orejas al primero de su lote, andaba toreando a placer a un buen toro de Núñez del Cuvillo al que acabó perdonando la vida. Al margen de la actuación de Cayetano con dicho toro, este toro fue indultado con la misma facilidad con que se abre una lata de refresco. Por mero capricho,comenzaron las voces e insinuaciones desde el callejón. Posteriormente asomaron algunos pañuelos blancos desde el callejón y algunos espectadores se dejaron contagiar por esa injustificada petición de indulto. La banda volvió a tocar «La Concha Flamenca», prolongando la duda y el desconcierto y no tardó mucho más el Presidente en hacer asomar el pañuelo naranja en el palco.
Indulto pues, del toro «Comilón-257». Sí, pero un indulto que viene a sumar estadísticamente para la ganadería, para el torero que lo lidió y que pasará a la historia de la Plaza de Baeza y al que se rendirá honores para siempre en el bonito museo taurino con que cuenta Baeza. Pero no nos engañemos, porque fue un indulto excesivo y tremendamente generoso a un toro con mucha clase para la muleta.
Debutaba Ginés Marín en Baeza y puso a todos de acuerdo con su toreo. Por la suavidad en los toques y el trazo del muletazo, por lo ajustado del mismo cuando la ocasión lo pedía, y por la frescura que demuestra en la cara del toro. Gran sensación en el primero de su lote, al que desorejó. El que cerraba plaza, resultó algo complicado. Tras brindarlo al empresario local Manolo Torres (uno de los artífices de esta corrida y todo lo que le rodea), consiguió los mejores muletazos toreando con la derecha, realizando algo que no es corriente: torear al natural por el pitón derecho.
Finalmente la terna abandonó a hombros el coso baezano tras una tarde en la que de no haber sido por la manta de agua que nos tuvimos que tragar, todo hubiera lucido mucho más. Especialmente los toros de Núñez del Cuvillo, que dieron muy buen juego pero acusaron el estado del piso a lo largo de la tarde.
Parte médico de Leonardo Hernández: Luxación de hombro izquierdo, que fue reducida en la propia enfermería y de una fuerte contusión torácica, siendo derivado al Hospital San Juan de la Cruz para estudio radiológico. Firmado por el Doctor Rafael Fuentes.