Jaén Taurino

El Planeta de los Toros desde Jaén

Crónicas

Nace con éxito la Corrida del Aceite de Villacarrillo

Plaza de toros de Villacarrillo. Sábado 10 de septiembre de 2022.

I Corrida Pictórica del Aceite. Media entrada en los tendidos. Seis toros de Fuente Ymbro, de gran presentación. Fue premiado con la vuelta al ruedo el cuarto, «Señoría-90»

OCTAVIO CHACÓN Vuelta al ruedo y dos orejas
ESAÚ FERNÁNDEZ Oreja y dos orejas tras aviso
LÓPEZ SIMÓN Saludos desde el tercio y dos orejas

La imagen de la terna saliendo a hombros acompañada por el mayoral de Fuente Ymbro – que lo hizo a pie- puso el punto a final a una corrida de toros que nace con vocación de permanencia y continuidad en el tiempo: la llamada “Corrida Pictórica del Aceite” de Villacarrillo.

Un festejo taurino que sigue la corriente de las corridas temáticas que vienen proliferando de un tiempo a esta parte, donde bajo un argumento, una efeméride  o un personaje se organiza una corrida de toros en la cual la indumentaria de los participantes no es el traje de luces, sino otro tipo de vestimenta vinculada al hecho que la motiva. Y si más allá de las corridas goyescas ahora existen la “pinzoniana”, “picassiana”, “cervantina”, teresiana”, “bandolera” o “ insurgente”, nace ahora esta corrida del aceite, que en nada se parece a aquella que en Jaén se celebraba en los años 90 bajo el argumento oleícola y coincidiendo con Expoliva.

Esta corrida que Villacarrillo promueve lo hace añadiendo identidad al marco de su plaza de toros al ilustrar estéticamente su ruedo y sus tablas con una alegoría de la agricultura del olivar. Y junto a ello, se rescatan del olvido los trajes autóctonos del municipio, ligados intrínsicamente a nuestra cultura del aceite. Algunos más lujosos y otros menos, reconociéndose en ellos a otros trajes regionales de la provincia de Jaén con quienes guarda similitud y que hoy perduran en los bailes folclóricos de la provincia de Jaén. En este sentido, el Ayuntamiento de Villacarrillo en su apuesta por darle sentido y valor a este festejo proporcionó a los diestros actuantes y sus cuadrillas, así como personal de plaza, todo el vestuario posible para darle ese sentido olivarero y jiennense a esta corrida.

Y aunque a simple vista y sobre todo a ojos de quienes vieran la corrida por televisión pudiera parecer que el vestuario se repite de una corrida temática a otra (pinzoniana o magallánica) es justo reflejar lo anterior para que quede constancia de la identidad jiennense de esta corrida de toros, si bien es cierto que algún actuante hiciera lo propio con algún traje de un festejo similar anterior. Sin ir más lejos ahí se apreció como Octavio Chacón no hizo uso del catite propio de la comarca, sino de una parlota con la que llegó a brindar al público el cuarto de la tarde: hablamos de una prenda de cabeza propia del Siglo de Oro, que nada tenía que ver con la vestimenta agrícola de esta corrida. Quede por tanto a modo de curiosidad ese apunte de un detalle desapercibido a ojos de todo el mundo pero no para quien esto escribe.

Corridón de Fuenteymbro. Por su imponente presencia y por su juego, además de una presentación impecable. Una corrida sobrada para una plaza de tercera donde se procura dar importancia a la ganadería que se anuncia en el cartel. Fue premiado con la vuelta al ruedo el cuatro toro “Señoría – 90”

Abría cartel el gaditano Octavio Chacón, triunfador el año pasado en la misma plaza. Por delante un toro que se escobilló el pitón izquierdo, al que Chacón pronto cogió el aire con el capote meciendo con cadencia los vuelos a pesar de los cabezazos que propinaba el toro. En varas, se arrancó de lejos al caballo, siendo el preludio de lo que luego podríamos disfrutar a lo largo de toda la tarde en este tercio en el que los toros de Ricardo Gallardo ofrecieron grandes momentos.

Tras ser picado con un único puyazo, Chacón fue hilvanando una faena ante un toro que se bien se desplazaba por ambos pitones acabó volviéndose geniudo y distraído, perdiendo la vista hacia el callejón o pensándoselo y midiendo al torero. Faena muy larga que Chacón malogró con la espada. No obstante dio una vuelta al ruedo.

Mejor opciones en el cuarto de la tarde, con un toreo mandón y poderoso por el derecho ante un toro con recorrido y que embestía con codicia. Una faena en la que todo fue a más y Chacón mostró su solvente oficio, destacando dos series por la derecha con muchísima intensidad en las manos de Chacón, siendo rubricada la faena con un estoconazo de libro que hizo rodar al toro sin puntillas. Octavio Chacón reeditó un nuevo triunfo en la Plaza de Villacarrillo.

Se presentaba Esaú Fernández, torero sevillano prácticamente inédito en la provincia. Sufrió un susto cuando lanceaba de recibo a su primero, cayendo al suelo y haciendo el toro por él. No tuvo mayores consecuencias el percance inicial. Ya en la muleta el toro perdía las manos sucesivamente al final de los muletazos y así la faena no terminó de coger ritmo, porque el toro se fue diluyendo poco a poco. Apostó Esaú por el arrimón y la distancia corta. Y en idéntico sentido discurrió su otra faena, apostando por el arrimón y acortando distancias sólo que teniendo ante sí a un toro con mejores condiciones, un toro que permitía hacer el toreo. Faena que se prolongó en exceso y excesivo fue igualmente le sólo del pasodoble “Nerva” que se marcó el músico de la banda, adornándose más allá de lo lógico y acaparando un protagonismo que no corresponde.

Y finalmente cerraba terna López Simón, que corrió con suerte dispar en el sorteo. Su primero un toro encastado, importante, al que había que poderle y exigía. Había que estar con él y hacerle las cosas bien. López Simón consiguió ir poco a poco haciéndose y torear dignamente por ambos pitones. La faena fue remontando en intensidad y emoción, y cuando todo parecía culminar con éxito a López Simón se le fue la espada a mitad del costado y arreó un sartenazo que hizo guardia. Hubo de reiterar intentos y a la tercera, con media estocada, el toro cayó.

En el último, donde por cierto su cuadrilla destacó especialmente, el toro no terminaba de entregarse. Iba, venía, pasaba, se desplazaba …pero al toro le faltaba alegría en su embestida. Repetía al siguiente muletazo a veces por pura inercia. Estuvo voluntarioso López Simón y con una estocada casi entera, y suficiente, recibió el premio de las dos orejas que le permitió cruzar también la puerta grande.

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