Sobran las palabras. Muchos lo han pasado muy mal, entre ellos los aficionados, los fieles, los que nunca abandonaron al equipo y se han dejado el corazón en estos últimos días en los que ha pasado de todo. Desde un pleno en el Ayuntamiento que acabó desastrosamente hasta una marcha espontánea desde la Plaza de las Batallas hasta la Plaza de Santa María.
De madrugada, un amigo, Chus, excelente aficionado a los toros, acérrimo partidario de «Joselito», de los que se patean muchas plazas de todo el país me decía con lágrimas en los ojos que se había venido a toda prisa desde Ceuta con un nudo en el estómago porque no quería ver morir a nuestro equipo. «Son ochenta y ocho años de historia que no se podían terminar ahí». Uno de esos aficionados que viviendo fuera de Jaén se hace socio todos los años y alterna los partidos en casa con los festejos que puede ir viendo los fines de semana. Un jiennense que llevó la bandera del Real Jaén a la final de la Eurocopa en Austria junto a su hermano Nacho.
Por él, por Sulimán,por el Cori, por Cózar, por Manolito, por mi abuelo, por tantos y tantos amigos con los que he compartido muchos momentos de tensión y de ilusión en todos estos años en «La Victoria» y el nuevo estadio, ahora más que nunca….¡HALA JAÉN!