LINARES, 30 DE AGOSTO
3ª de Feria. Más de media plaza.
Toros de Zalduendo, correctos de presentación. Manejables y nobles pero flojos. 4º bueno hasta que se rajó. 6º con transmisión
Enrique Ponce, palmas y saludos.
El Juli, oreja con petición de la segunda y silencio.
El Fandi, saludos y oreja.
El sábado el Coso de Santa Margarita como cada 28 de agosto enmudecía al romper el paseíllo para recordar a “Manolete”. Hoy, dos días después, la escena se ha repetido sólo que esta vez el recuerdo era hacia José Cubero “El Yiyo”, quien tal día como hoy caía herido de muerte en la plaza de Colmenar Viejo.
El recuerdo a dos toreros que perdieron su vida en el ruedo, donde como bien sabemos a diferencia de las tablas del teatro se muere de verdad. Que se lo digan a Mosterín.
A falta del espectáculo de “El Bombero Torero” la Feria Taurina de San Agustín echaba hoy su cerrojo y lo hacía continuando la línea que ha marcado estos tres días: la del general descontento.
Acude la gente con ganas de espectáculo y precisamente no se encuentran con lo que buscan. “El Fandi” siempre lo da, eso es público y notorio, pero dar espectáculo sin casi toro viene a ser nada y menos. Podía haber salido a hombros si le hubieran dado esa segunda oreja que sobre todo la solanera le pedía pero no, ni a él se la dieron ni al Juli tampoco. Cuatro orejas en esta tarde hubiera sido excesivo a todas luces y ahí el Presidente ha tenido que amarrarse a lo sensato de no convertir la plaza de Linares en una verbena dentro de una Feria Taurina de lo peor que se recuerda.
Precisamente no pasará al recuerdo colectivo la edición de este año por el juego que en estos tres días han venido ofreciendo los toros dentro de una manifiesta falta de fuerzas, de raza y acusada mansedumbre. Bien es cierto que excepciones ha habido y para muestra el día de hoy donde hubo toros que se dejaron algo y permitieron algo. Que se lo digan a Ponce que fue poco a poco construyéndole una faena al 4º que consiguió ilusionar al personal. Pudo triunfar con cierta fuerza pero un fallo reiterado con la espada le ha quitado encima el reconocimiento y además ha acabado en la enfermería por una fisura.
“El Juli” destacó con la derecha en el primero de su lote. Vive en un estado de gracia que le permite sacarle partido con mucha inteligencia a muchos toros y hoy con ese toro ha estado a gran altura. Del otro nada que contar.
Al término la sensación de decepción era colectiva. Si a eso se le suma casi media hora para salir del aparcamiento con el coche el cabreo se transforma en monumental. Y así ha sido.
Estos tres días de toros en Linares dan para un análisis.
