LINARES, 29 DE AGOSTO
2ª de Feria. Dos cuartos de plaza
Reses de Rocío de la Cámara, reglamentariamente despuntados.mansos y agarrados al piso en conjunto. 2º con movilidad.
Fermín Bohórquez, silencio y vuelta al ruedo.
Diego Ventura, dos orejas y oreja.
Leonardo Hernández, oreja y oreja.
Menos gente de lo esperado, porque se quiera o no las corridas de rejones tienen también su público. Tras el pobre espectáculo de ayer muchos seguro que hoy se han pensado dos veces si ir a la plaza o seguir en la feria.
El cartel reunía a tres de los rejoneadores que copan los puestos altos del escalafón. Por delante el veterano Fermín Bohórquez, en medio el torbellino Diego Ventura y cerrando la terna Leonardo Hernández. Precisamente los dos últimos salieron a hombros.
La corrida no es que se haya movido mucho, es más, los dos toros de Bohórquez embestían a base de arreones y en su primero el de Jerez se eternizó con el rejón de muerte. Su segundo le permitió algo más.
Ventura en su línea. Arrollador, frenético y vistoso. Enloquece al tendido con su vistoso rejoneo, mete al público en su faena y éste se entrega a él. Se llevó tres orejas que podían haber sido cuatro porque la gente lo pidió, pero el presidente acertadamente no se dejó llevar por la euforia del personal.
Y Hernández también tuvo una actuación digna dentro de las posibilades de su lote, sobresaliendo especialmente con las cortas y al igual que Ventura congenió con facilidad con los tendidos.