Jaén Taurino

El Planeta de los Toros desde Jaén

Sin categoría

Los novillos por encima

Plaza de Toros de Pegalajar. Floja entrada en tarde desagradable.

Novillos de García Merchante de juego dispar, sobresaliendo el segundo, de mucha calidad.

Antonio David (blanco y oro) Silencio y oreja.

Juan Reyes (verde oliva y oro) Saludos tras aviso y silencio.

Álvaro Pérez (rosa y azabache) Oreja tras aviso y palmas tras dos avisos.

La tarde invitaba a quedarse viendo el Real Jaén por televisión en el último partido de liga, clasificado para la liguilla de ascenso y no jugándose otra cosa que la honra de ganar el último encuentro del año. También por descontado la tarde invitaba a la cita con el canal 50 del digital plus para ver la de Madrid con el aliciente siempre de ver a Rafaelillo anunciado en un cartel con una corrida torista por delante.

  Pero como la tarde ofrecía también la clásica sin caballos que se celebra en Pegalajar por San Gregorio, al final allá que nos fuímos unos cuantos a ver a los novilleros de la tierra frente a novillos de la tierra. Lo normal allí.

  Y lo normal allí precisamente es que se echen reses con cuajo. Siendo una sin caballos lo que sale de chiqueros no son becerrotes ni eralitos, sino mucho más que todo eso y precisamente el trapío de las reses y lo que llevaban dentro les vino grande a los que delante se pusieron.

  Algo más puesto, más toreado, el primero del cartel, el ecijano Antonio David. Su solvencia y oficio lo delataban y estando como estuvo a poco supo el silencio en que quedó su labor al primero de la tarde, distinto al cuarto, al que con el público algo más entregado y metido en el ambiente, haciéndole bien las cosas, sobresaliendo con el capote y en el toreo con la derecha se le premió con una oreja.

  El linarense Álvaro Pérez anduvo toda la tarde voluntarioso y dispuesto que es lo mínimo que puede exigírsele a quien quiere ser torero. Resolutivo y variado en sus formas, pasó muchas fatigitas para dar muerte al último. Más todavía las que pasó y tragó el ubetense Juan Reyes, quien estética y físicamente recordaba en mucho a quien ha sido su maestro en la Escuela de Baeza, José García «El Doctor». Un calco de la última tarde de éste en Úbeda el pasado mes de octubre. Les diferenciaba sólo el traje y el volumen del animal.

  Morantista en sus formas, o quizás en sus intenciones, el compromiso le vino grande.

 Una pena que ayer saltaran al ruedo novillos que en otras circunstancias se le podían haber cortado más orejas.

Please follow and like us:
Pin Share

DEJA UNA RESPUESTA

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

RSS
Follow by Email