Jaén Taurino

El Planeta de los Toros desde Jaén

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Garbansos tostaos.

Cuenta un viejo y muy gracioso chiste que cuando el ser humano puso sus pies por primera vez en el espacio se encontró nada más llegar a un torrecampeño vendiendo allí «garbansos tostaos».A mí la verdad es que no me extrañaría nada.
Sucede que el otro día en una de mis frecuentes excursiones a la despensa encontré al fondo a la derecha (que es donde siempre está lo que uno busca) un bote repleto de garbanzos,y fue dar con él y provocar un desaguisado con ellos pues le dí un buen trámite que casi cuesta dejar al resto de mi casa bajo mínimos en lo que a garbanzos se refiere.
Desde entonces me he enganchado a comer «garbansos tostaos»,pues es algo práctico y no se bien que motivo me ha llevado a pensar que en una Plaza de Toros le podía dar a la gente por llevarse eso a la boca.De toda la vida de Dios se ha hinchado la gente a comer pipas en el fútbol y de vez en cuando en los toros pues las pipas al fútbol son lo que el puro a una tarde de toros: elemento indispensable.
Sucede que el otro día viendo casualmente «El día después» en Canal Plus quedé sorprendido al ver un reportaje en que se comentaba con sorna la decisión de la directiva del Villareal de prohibir la venta de pipas en «El Madrigal» esgrimiendo que daba mucho trabajo a los servicios de limpieza del club y empringaba demasiado.Francamente algo impresionante la medida adoptada en ese campo de fútbol,pues si ya de por sí a la entrada de un estadio te requisan el tapón,te tienes que beber la coca-cola en la puerta para que no entre la lata e incluso a las 16:30 de la tarde los porteros te hacen beber enterito un zumo de piña con objeto de velar por la seguridad del campo (cosa que le sucedió a un chavea de no menos de 10 años que se quedó perplejo al ver como le obligaban a merendar a las 16:30 de la tarde…) impresionante me parece la medida de prohibir comer pipas en un campo de fútbol,aunque como siempre la picaresca se impone y al día siguiente «El Madrigal» amanece lleno de cáscaras.
Diferente sucede en los tendidos,donde tras muchos años de afición jamás me han requisado nada ni me han cacheado ni nada que se le parezca y si me prohibiesen comer pipas de seguro tras el hallazgo del otro día yo me decantaría por hincharme de «garbansos tostaos» pues no sólo no dejan cáscaras en el suelo porque sencillamente no tienen, sino que además no te dejan la gargante reseca una vez que te lo has comido y eso es bueno,porque antes que un paquete de pipas de deje el paladar un poquito fartusco prefiero que un buen homenaje de «garbansos tostaos» me llene de satisfacción y además me permita saborear un faenón como Dios manda.
Quizás a partir de ahora, antes de ir a La Alameda vaya de excursión antes a «Casa Paco» para hacerme con una buena munición de «garbansos tostaos».

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