A falta de 68 días para que llegue el 22 de Diciembre, en las calles, se comienza a hablar de ilusión. Desde hace unos años, el calvo ha traído a nuestras vidas la imagen de un deseo. Que nos toque el gordo, o lo que es lo mismo, La Ilusión.
Y esta es la que ha perdido la Feria de San Lucas. Ilusión.
Empresa, Propiedad, Afición, Público, Ayuntamiento y Medios de Comunicación, por este orden, debemos mirar más alrededor y menos a nuestros ombligo, para entender porqué, la Feria Taurina de San Lucas es a día de hoy un espejismo de feria y lo que es más grave, porqué se ha marchado la ilusión.
El problema es que desde hace unos años, en lugar de poner soluciones, todos nos hemos puesto a echarnos las culpas. Y lo único que tengo claro, sálvese quién pueda, es que de esto tenemos culpa TODOS.
Pero claro, es más fácil ver como es más travieso el hijo del vecino que el nuestro. Es más fácil recurrir a “es que este mundo es así”, que afrontar una realidad tan tangible, como penosa: en Jaén capital, los toros no le interesan a nadie.
Tan sólo algunos reductos de aficionados mantienen viva una llama que entre todos nos estamos cargando; y me incluyo por la parte que me toca.
Algunos aficionados de Sol, otros de Sombra, de Círculos Taurinos y sin pertenencia a grupos, que son capaces de seguir a los toreros durante todo el año, preguntándose porque ellos no tienen derecho a ver a ninguno de estos toreros en Jaén.
San Lucas es un espejismo, una quimera, una utopía. Algo irrealizable a menos que se junten todos los actores de este gran mundo y se miren a los ojos de manera sincera.
No corren buenos tiempos para nada. En el caso de la Fiesta , además de por la crisis, por la horda antitaurina que comienza su descenso por el norte.
En Jaén, la propiedad, bastante tiene con encontrar un empresario que se haga cargo de la plaza sin cubrir. El empresario, que una vez termina San Lucas, aparece de nuevo por Jaén a mediados de Septiembre del siguiente año, también se pregunta cuando se cubrirá la plaza y dice que ya está bien de perder dinero. Por cierto, sin aparecer por Jaén, poca empresa pueden hacer ustedes. La Afición , que la hay y de la buena en Jaén, cansada de abusos, carteles repetidos y ferias de saldo. El público, festivo y bullanguero, molesto porque no aparecen en los carteles los televisivos y cada vez acude menos a La Alameda. El Ayuntamiento que, como el muerto no es suyo, porque ni pincha ni corta, pues eso, a pasar del tema. (Aunque como sugiere Marín en un artículo anterior, más de uno se creerá “EL VITI” en algún mitin o partido de no fútbol en la plaza).
Y los medios de comunicación, (y me miro a mi, que nadie se vaya a picar) cansados de que no podamos especializarnos en el tema porque además de que no le interesa a nadie, no es rentable y no hay actividad en todo el año.
Posiblemente el sábado y el domingo haya mucha gente en los tendidos del Coso de la Alameda.
Posiblemente a la empresa, mal que bien, no le salgan las cuentas. A la propiedad, no lo sé. Posiblemente al Ayuntamiento se la repampimflará lo que ocurre unos metros más arriba del “Jaén Arena”; y los medios de comunicación haremos lo que podamos por dignificar una pseudo feria.
Pero pasa en tres días. Por delante queda un año para valorar y actuar. Esto no es un artículo que busca culpables. Es más, exime a algunos de cargar con un muerto que no es del todo suyo.
Es simplemente una reflexión de alguien a quien le da pena, que por octubre en Jaén, ya ni se hable de toros. Y yo, a día de hoy no pienso en la corrida de mañana. Pienso en que, en unos años, me gustaría llevar a mis hijos a los toros como mi padre y mi abuelo me llevaron a mí.
Es decir, tengo una ILUSIÓN.
Javier Altarejos.