Jaén Taurino

El Planeta de los Toros desde Jaén

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El adiós de un torero.

A veces los sueños se cumplen pero bien es cierto que para cumplir nuestros sueños siempre tenemos que anteponernos ante las mil vicisitudes que la vida nos presenta. Con esfuerzo, mucho sacrificio, voluntad y siempre con ilusión podemos llegar a alcanzar aquello que anhelamos. La suerte, por descontado tiene que estar de nuestro lado.

José García es un ubetense que desde pequeño soñó con ser torero. Batalló en su casa por conseguir lo que quería y nunca se lo pusieron fácil, sino todo lo contrario.

Su familia, muy conocida en Úbeda, cuenta con eminentes profesionales de la medicina entre ellos. Sin ir más lejos él es hijo y nieto de médicos.

En su deseo por vestirse de luces se antepuso siempre la condición de superar los estudios y así las cosas él llegó a la Universidad y se matriculó en Medicina, siguiendo así la tradición familiar.

Sacó la carrera, también el Mir y fue entonces cuando pudo vestirse de luces, de ahí que no sea casualidad que en los carteles se anuncie «El Doctor».Debutó con picadores en Santisteban del Puerto un 6 de abril de 1997 con reses de Sancho Dávila, compartiendo terna con el cordobés Rey Vera y Dávila Miura.

Llegó a pisar el albero de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, cosa que sucedió el 20 de junio de 1999. Aquella tarde fue herido muy grave por un novillo de «La Quinta», infiriéndole varias cornadas, sufriendo muchas heridas. Fue uno de los percances más fuertes de cuantos se recuerdan en La Maestranza en los últimos veinte años por su espectacularidad y la gravedad del mismo. Regresó al mismo escenario en junio del 2000.
En la Plaza de Toros de Jaén y vestido de grana y oro tomó la alternativa el 8 de abril del 2001, de manos de Juan Carlos García, y teniendo por testigo a Dávila Miura. Aquella tarde estuvo yo allí y al termino del festejo tuve ocasión de hacerle una de mis primeras entrevistas. Por entonces yo estaba empezando en esto de escribir e informar de toros.
Como el toreo es un mundo tan complicado y llegar a ser alguien en él es tan difícil, las ocasiones de hacer el paseíllo desde entonces han sido poquitas.
En este tiempo él ha compaginado su vocación taurina con su profesión como médico. Es ni más ni menos que forense, y yo pienso que para ser forense precisamente hay que tener vocación también.
Él torea para sí mismo, para ser feliz. Toreando es como realmente se siente realizado y por ello se ha construído su propia plaza de tientas muy cerquita de Úbeda, para disfrutar toreando y no tener que aguantar con tantos sinsabores como deja muchas veces el mundo del toro a quien precisamente se ponen delante del toro.
Yo he tenido la ocasión de conocerle más cercanamente. Compartimos afición por la caza y en no pocas veces hemos monteado en una misma armada en las monterías de Montesa. Recuerdo que la última fue en «El llano de la higuera», en tierras de Córdoba. Justo antes de eso coincidí con él para sorpresa de ambos en Los Barrios, con motivo del Encuentro Andaluz de Escuelas Taurinas, siendo él Maestro de la Escuela Taurina de Baeza, acompañando en los consejos a Juan Rojas, de Vilches, y a mi buen amigo Pedrito Sánchez Plaza, quien ya colgó el traje de luces y ahora se ha pasado a estudiar Derecho. Buenos momentos pasamos aquellos días en ese rincón que tanto añoro del Campo de Gibraltar.
Además José, o Pepe, como le conocen, tiene conmigo el común denominador de haber vestido «el negro traje de escolar» , portando sobre su pecho la beca dorada de Medicina de Granada. Un pedazo de bandera, que lo sé yo. El único matador de toros que ha sido tuno.
Mañana en Úbeda se cortará la coleta un torero pero no por eso dejará de serlo porque uno, como reza la canción de «Imágenes de Ayer» que seguro él tantas noches ha cantado bien puede decirse que «mientras el cuerpo aguante seré TORERO hasta morir».
Foto: María Patón.
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