José Tomás volvió a torear el pasado fin de semana y lo hizo en Juriquilla, una de las dos plazas con que cuenta la ciudad de Querétaro (allí donde Butragueño le metió cuatro a Dinamarca en el mundial del 86) y con un aforo menor que el de las plazas de Martos, Baeza, Úbeda o Villacarrillo. Volvió a los ruedos en México, país donde se fraguó como novillero, tomó la alternativa y casi pierde la vida en la plaza de Aguascalientes hace ahora dos años. Por la amistad que le une a Fernando Ochoa, que se retiraba.
Un torero grandioso al que cuesta un auténtico esfuerzo poder verlo torear en una plaza por todo cuanto rodea cada una de sus tardes. Amigos míos, aficionados como la copa de un pino, no lo han visto torear jamás en directo. Otros, en cambio, que no son aficionados, fueron hasta Granada, Málaga, Córdoba, y por supuesto Linares para verlo torear, sin recordar pasado el tiempo con quien compartía cartel o el ganado con que se anunció, pero alardeando de haberlo visto e incluso mostrándote la entrada y a ser posible vacilando lo mucho que había pagado por ella.
Ahora se anuncia para el próximo Corpus de Granada su primer paseíllo en España en el 2014 y ya me están achicharrando el teléfono para que les busque entradas. Me niego a considerar una temporada como tal las tres o cuatro tardes que pueda torear, porque mientras casi todo el escalafón anda a duras penas intentando hacerse un sitio en los carteles, comenzar el año sin haber pisado Valencia en Fallas, Sevilla y Las Ventas, acomodado en carteles donde su figura sobresale y rehuyendo verse ante divisas exigentes, sumado a un control excesivo de su imagen en la lidia…me decepciona.
Precisamente, su negativa a dejarse televisar es lo que priva que toda una generación de aficionados pueda admirarlo. A mí no se me olvida aquella Beneficencia del 98, que televisada (cuando TVE no estaba acomplejada) me impactó tanto que me enganché a su toreo, viéndolo las pocas veces que lo pude ver a finales de los noventa. Y digo pocas porque JT nunca ha toreado aquí…de luces. Intenten buscar algún cartel que anuncie a José Tomás en Jaén, porque no lo encontrarán. Ni un solo paseíllo en San Lucas ni cualquier otra fecha lo anunció en la Plaza de Toros de Jaén.
Solamente toreó aquí una vez. Fue el 12 de marzo del 95, lo hizo como novillero en el festival homenaje a Joselito Marín, y de ello tan sólo dan fe las crónicas y fotos de aquel día pues sustituía a Víctor Puerto. Así pues, no existe algún cartel que anuncie que José Tomás haya toreado alguna vez en Jaén. Y hoy por hoy, dudo mucho que eso pueda suceder algún día.
Publicado en el Diario Viva Jaén en la columna «Navalcardo»