Cuatro años. El tiempo que dura esperar entre la celebración de un mundial de fútbol al próximo. O unos Juegos Olímpicos. También son cuatro años el período que marca un mandato electoral. Ustedes lo saben.
Y cuatro años, cuatro, son los que llevamos los jiennenses quedándonos sin toros cada Domingo de Ramos. Si desconocían el dato, yo se lo hago saber.
No tenemos toros porque no hay empresa que se haga con las riendas del Coso de La Alameda, al menos de una forma estable, pues aquellos que lo han intentado en las últimas temporadas han salido escaldados. Haciendo fú, como los gatos. La explicación reside única y exclusivamente en que no termina de haber conexión entre las “novias” que le van saliendo a la plaza, y la propiedad de la misma, que dicho sea de paso está constituida como empresa. Distinto es que tenga interés por dar toros, por dar festejos mayores, más concretamente.
El año pasado porque no había empresa, el anterior porque se suspendió a falta de un sobrero para completar la frustrada alternativa de José Carlos Venegas quedando la plaza de toros de Jaén y su afición en el punto de mira de todo el planeta de los toros, el anterior porque la empresa Serolo y la propiedad se pelearon. Por cierto, a Serolo también le ha dejado su poquito de deuda el anterior Ayuntamiento…
No habrá toros el domingo, tendremos que esperar hasta mayo en que se celebrará una becerrada de las escuelas taurinas. La espera sinceramente se hace larga para una afición a la que poco a poco van echando de la plaza si no se da una continuidad en la programación de festejos sumado a un mínimo de calidad a la hora de montarlos. Luego nos quejaremos que en Jaén no hay afición a los toros.
Los aficionados de Jaén no se merecen esta sequía taurina que se prolonga en el tiempo, porque si no seguirá pasando aquello que sucedió el pasado San Lucas, cuando los aficionados dieron la espalda a la Feria, registrando los tendidos del Coso de La Alameda las entradas más pobres que se recuerdan. Una circunstancia que choca frontalmente con el aspecto que presentaba hace unas semanas el mismo escenario durante la celebración del Festival del Cáncer o hace unos meses en la clase práctica organizada por la Escuela Taurina, que dicho sea de paso no cuenta con grandes medios y el apoyo que se le brinda es escasísimo.
Publicado hoy en el Diario Viva Jaén