A modo de reflexión
Días de vacaciones en la Costa del Sol. Aún así, no resisto la tentación y acudo a la llamada de algunos de los carteles que se anuncian en plazas cercanas. Me dejo caer por La Malagueta, aprovechando el paso por casa de unos familiares y allí, durante varias tardes, profesionales del toro, de la prensa taurina, empresarios y aficionados me formulan una y mil veces la misma pregunta: Y de Jaén…¿qué?
Agosto rebasa su ecuador y con ello la temporada taurina. Dentro de poco nos iremos a Linares y cuando la Feria de San Agustín concluya enfilaremos la cuenta atrás que nos lleva hasta San Lucas. Pero este año, las cosas son distintas y están mal, muy mal.
No hay empresa alguna que hasta el momento se haya quedado con las riendas de la plaza., habiendo pasado a preguntar unas cuantas, y cuando digo unas cuantas no me refiero a más de dos. El calendario pasa sus hojas y el futuro se vé cada vez más oscuro. Contamos a quienes nos preguntan y no se creen la realidad.
¿Cómo no va a ver toros en Jaén por San Lucas?
Así me preguntaba no hace mucho un matador de toros de la provincia, intentando hacerse un hueco a la desesperada en la plaza de la capital allá por el mes de julio
Pero sí, de seguir así las cosas. Ese es el precio que tenemos que pagar los aficionados y los jiennenses, ante una situación cada vez más insoportable como es la de una plaza de toros de propiedad privada que exige el pago de un canon económico por su gestión empresarial desorbitado a todas luces. Porque el Coso de La Alameda no es el de Las Ventas precisamente, porque vivimos inmersos en una crisis económica que no voy a descubrir a estas alturas y porque en nuestra ciudad, la afición se la han cargado de forma paulatina y afición precisamente, es lo que le falta a muchos de quiénes integran la propiedad.
De nada vale presumir que la plaza está arreglada. Ni que sea más cómoda que ninguna. A día de hoy, como quien dice, nuestra plaza en el planeta de los toros no cuenta. Siento decirlo, pero así es. El Coso de La Alameda es un fantasma arquitectónico que ni por asomo entra en los planes de muchas figuras para acabar la temporada, que para muchos concluye en el Pilar de Zaragoza. Una plaza la de Jaén, en el punto de mira de mucha gente y una feria, la de San Lucas, totalmente devaluada y desprestigiada. Sin ir más lejos, es la feria de capital de provincia en Andalucía en la que menos premios y galardones se conceden, y quizás la única en la que el Ayuntamiento no tenga instituído su propio y prestigioso galardón. Ni siquiera el año pasado se conmemoraron los cincuenta años de la plaza con un poquito de alegría…
No quiero ser un cenizo, pero la realidad no invita a otra cosa a no ser que ocurra un milagro. Iniciamos en mayo la temporada con una becerrada, y puede ser que la cerremos en septiembre, con otra, que dicho sea de paso se está montando con muchísimo sacrificio y esfuerzo.
