Plaza de toros de Andújar. Sábado 7 de septiembre de 2024. Tres cuartos de plaza.
Un toro de El Capea (1º) y otro de San Pelayo (4º) para rejones. Cuatro toros de El Pilar para la lidia a pie.
DIEGO VENTURA | Traje corto campero | Oreja y dos orejas |
JUAN ORTEGA | Azul purísima y oro | Dos orejas y ovación |
PABLO AGUADO | Corinto y oro | Dos orejas y ovación tras aviso |
El de Andújar era uno de los cartelazos de esta temporada en la provincia. Por su feria, la empresa Andutoros sumaba un año al frente de esta plaza de toros y repetía a Diego Ventura, que el año pasado firmó una actuación descomunal en Andújar. Y junto al rejoneador, un mano a mano de los sevillanos Juan Ortega y Pablo Aguado.
La actuación de Juan Ortega en Andújar no sólo era un reclamo para muchos aficionados a hacer kilómetros por ir a verle. También era el sueño cumplido de muchos aficionados locales y del propio Juan Ortega, porque en Andújar este torero tiene un arraigo especial. Juan pertenece a una de las familias ganaderas más emblemáticas del campo bravo de Jaén: los Ortega. Una ganadería radicada precisamente en la maravillosa sierra de Andújar, en la finca «Los Monasterios»
Una modesta pancarta sobre la meseta de toriles con la leyenda «Andújar con Juan Ortega» evidenciaba el respaldo de los iliturgitanos a un torero que pueden considerar prácticamente como propio. En el paseíllo, desmonterado Juan Ortega, seguro que la ilusión por torear en Andújar impulsaba cada uno de sus pasos.
Y al término, tras sonar el himno nacional, se hizo entrega públicamente de una terno que Juan Ortega ha donado a la Real Cofradía Matriz de la Virgen de la Cabeza, pasando a formar parte del patrimonio de la misma y que en futuro servirá de saya para vestir y acompañar a La Morenita de Andújar. Un gesto de este torero que sella más aún su vínculo con Andújar y que manifiesta su fervor hacia la reina de Sierra Morena, patrona de la Diócesis de Jaén y de todos los monteros de España.
Los vivas a la Virgen de la Cabeza no faltaron, y hasta sonaron los compases de su himno, coreando la plaza de Andújar el «Morenita y pequeñita/ lo mismo que una aceituna». Emociones a flor de piel, sin duda, en los previos a la lidia ordinaria.
Y emoción es lo que le faltó a la corrida en su tramo final. Hasta entonces todo discurría por la senda del triunfo, teniendo la terna la puerta grande asegurada. Pero en el quinto y sexto, todo se fue al traste y aunque la corrida fuera triunfal no es menos cierto que dejó un sabor agridulce cuando casi tres horas después de iniciarse, el público veía como los dos últimos toros hicieron que la corrida acabase yendo a menos.
Resultó calamitoso ver cómo el quinto entregaba la cuchara sin dar opción a Juan Ortega a terminar de perfilarse. Tuvo que ser apuntillado, y eso imposibilitó que Juan Ortega pudiera redondear la faena y acabase saludando una fuerte ovación. Pero para antes ya tenía dos orejas del primero en el esportón.
Una faena intensa de principio a fin. Desde el inicio a la verónica en los lances de recibo hasta el remate final toreando rodilla en tierra que tuvieron el epílogo de cuatro ayudados por alto sublimes tras el fandango que del cantaor carolinense Miguel Quiles le regaló. Entrega absoluta de Juan Ortega, que llegó a torear a una lentitud extrema en pasajes por ambos pitones enloqueciendo la plaza de toros de Andújar.
Pablo Aguado brindó el primero de su lote a uno de sus mayores partidarios en la provincia de Jaén: el empresario baezano Manuel Torres, fundador del Grupo M&T, empresa referente en la edición, diseño e impresión de cartelería taurina. Con este brindis Manuel Torres cumplió también un sueño que seguro le emocionaría.
Merced a las posibilidades del toro Aguado logró muletazos de mucha clase, aunque hubiera de darlos de uno en uno ante la imposibilidad de la ligazón, si bien al final y por la derecha sí pudo dar alguna serie más compacta. En el que cerraba plaza, un toro muy falto de fuerzas y con embestidas intermitentes, Aguado tiró de disposición. Tuvo muy pocas opciones.
Diego Ventura por su parte encandiló una vez más a la plaza de Andújar, donde la afición al caballo es enorme. Actuación de absoluta entrega la de Ventura, especialmente en el cuarto, llegando a poner en pie a la plaza de Andújar.
Con la salida a hombros de la terna Andújar ponía el punto final a una tarde- noche de toros que vino a demostrar la línea ascendente de esta plaza, que en sólo un año ha logrado recuperar un esplendor y una imagen que había perdido en las últimas temporadas, cumpliendo así también su sueño el dúo Saez- León, que apostaron por esta plaza y poquito a poco van consiguiendo sacarla adelante.
En la puerta grande, bastantes minutos después del festejo, la furgoneta de Juan Ortega allí permanecía y en torno a él una locura desatada de aficionados e iliturgitanos en torno a este torero que lleva en su toreo también el alma de la sierra de Andújar.