Jaén Taurino

El Planeta de los Toros desde Jaén

Crónicas

Puerta grande para Emilio de Justo y Juan Ortega en la primera de San Lucas

Plaza de toros de Jaén. Coso de La Alameda. Más de media entrada.

Tres toros de Puerto de San Lorenzo (1º,4º y 5º) y tres toros de Juan Pedro Domecq (2º, 3º y 6º)

Saludaron en banderillas Morenito de Arles, Pérez Valcárcel y Joselito Rus

EMILIO DE JUSTO Canela y oro Dos orejas y oreja
JUAN ORTEGA Tabaco y oro Oreja y oreja
MARCOS LINARES Lila y oro Vuelta al ruedo y ovación

A los pies del Cristo de la Expiración a primera hora de la tarde volvió a prender una vela para proteger a los toreros que un poquito más tarde cruzarían el albero del Coso de La Alameda. En San Bartolomé se ha recuperado después de más de tres décadas este ritual por San Lucas.

Y en Jaén por San Lucas un alumno forjado en la Escuela Taurina de la capital se convirtió en matador de toros luciendo un terno que lejos de seguir el clasicismo de blanco y oro propio de las alternativas. Marcos Linares se enfundó un lila y oro para cumplir su sueño de niño. De aquel niño que en La Alameda siempre fue Marquitos y a partir de hoy es el nuevo matador de toros de la provincia de Jaén.

No tuvo Marcos por delante al toro ideal para una alternativa. Tampoco en el que cerraba plaza. Realmente no tuvo suerte en el sorteo y eso hizo que al final se fuera andando en el día que a priori era el suyo. Su cara de decepción en el arrastre del sexto lo decía.

El toro de la alternativa “Caraalegre-41” del hierro de Puerto de San Lorenzo no tuvo ni alegría en su embestida. Un toro suelto constantemente, casi imposible de sujetarlo en el capote y cuando Marcos lo logró le enjaretó un ramillete de verónicas ceñidas que presagiaban que el toricantano venía arreando. Y realmente fue así, no se dejó nada atrás durante toda la tarde Marcos Linares, pero chocó con un lote muy deslucido.

Una vez recibió los trastos  de manos de Emilio de Justo, el nuevo matador brindó a Gonzalito, si fiel escudero. Su mozo de espadas, compañero de sueños e ilusiones en la etapa de la Escuela de Jaén.

Manso a más no poder, doblando las manos continuamente, tirando la cara arriba y sin emplearse nunca. El toro no transmitía, todo había que hacerlo poco a poco. Concluyó por estatuarios, demostrando que Marcos trae repertorio y recursos. Con la espada, pinchazos sucesivos dejaron en poco el resultado del primer toro de su carrera. Y en su segundo, muy poco que contar, porque el toro era un auténtico marmolillo y Marcos quedó prácticamente inédito con él.

Al final la foto que queda de este día es la salida a hombros del padrino y testigo. Emilio de Justo volvió a firmar otra tarde triunfal en Jaén. Y Juan Ortega, con una oreja en cada de uno de los de su lote también alcanzó a cruzar a hombros la puerta del Parque Felipe Arche.

Emilio de Justo expresaba felicidad en su rostro. Con el capote enjaretó un recital de lances que hicieron crujir la plaza. Ya con la muleta impuso un toreo macizo en el que Emilio de Justo supo torear con lentitud, rematando con unas manoletinas “sui géneris” con la pierna de salida muy abierta y adelantada. Y en el quinto, otro toro deslucido que perdía las manos constantemente. Una faena aseada de Emilio de Justo musicada bajos los compases de un solo de Nerva interpretado de forma espantosa.

Había ambiente por ver a Juan Ortega torero que tiene vínculos con esta tierra. Hizo Juan el toreo despacio, eterno con el capote, meciendo a la verónica cada lance dejándose el alma en él. Su torería se impuso en medio de la brusquedad del primero y la sosería del segundo, donde tras un fandango del Quiles de La Carolina Juan Ortega crujió en unos muletazos finales intensos y vibrantes.

 

Foto: Tauroemoción

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