Reaparición en la sierra
La espera mereció la pena. A punto de despedir el año yo en cambio he inaugurado mi particular temporada cinegética, pues desde octubre hasta hoy no había pisado la sierra. Me prometí a mí mismo que no volvería a montear hasta que no cumpliera conmigo mismo con algo pendiente por hacer, y como por fin lo he conseguido, he «reaparecido».
Me apetecía mucho, muchísimo y he disfrutado una barbaridad. Volver a pegarse un madrugón, vestirse de verde, oler el cuero repujado de mis delanteras con las iniciales M.W. Sentir el calor de la lumbre a primera de la mañana al llegar a la junta y reencontrarse con tantos buenos amigos. Monteros de La Carolina, Linares, Santa Elena, Guarromán e incluso Madrid. Allí se ha dado cita la plana mayor de la blogosfera montera de esta tierra: los hermanos Mas (Toros y Caza), Perico Lillo (De montería), Poncho Moraleda (Grupo Miranda) y el anfitrión Fito Pousibet (Monteros de Tradición) a lo que hay que sumar a Javi (Entre jaras y cotolles) a quien he conocido hoy.
He vuelto a ver al gran Popi,a Fernando Benítez, a Santi, a Carlos Colás y Alfonso Cantudo, que me han ido adelantando de que irán este año en el Carnaval de La Carolina. Después de muchos, muchos años me reencontrado con la Familia Pousibet, que no me veían desde que yo era bien pequeño. Lástima que Juanmita López y Juanma padre no hayan podido venir al final, que tenía yo ganas de echar un día de campo con Juanmita, que bastante tenemos ya con la Escuela de Práctica Jurídica cada semana.
Un día de perros que al final se ha tornado en agradable desde que el sol se decidiera a acompañarnos con fuerza, cosa que se agradece porque esperábamos ver nevar. Ni más ni menos.
No era una montería como tal, sino un gancho. No llegábamos a veinte puestos. Por el nuestro por ejemplo no ha entrado ni una sola res, a pesar de lo que se preveía.
El resultado final ha sido cortito: sólo dos cochinos.Por lo demás, muchas risas, un ambiente excepcional y unas ganas enormes de pasarlo fenomenal.
Gastronómicamente no tengo palabras, porque estaba todo pa´revolcarse y lo que si que quiero resaltar es la sencacional impresión que me he llevado al ver todo cuidado al mínimo detalle por parte de Fito. Impresionante como ha rezado de memoria la Salve de los Monteros a la Virgen de la Cabeza.
Me quedo corto en palabras y me faltan las palabras para agradecer a la Familia Pousibet su acogida en «Chiveras Bajas» y a todos los hermanos monteros su saber estar y sobre todo su cariño.
En días como estos uno se siente orgulloso de ser aficionado a lo que no me cabe la menor duda, es el deporte más noble que existe. En días así uno se siente dichoso de tener compañeros y amigos así en la sierra. Uno en días así, se siente carolinense total y sobre todo se enorgullece de sus raíces monteras de las que tanto he heredado y tanto he aprendido.