Justo en el ecuador de la Feria de San Lucas 1998, la mejor que yo recuerdo, ví despedirse de los ruedos a Ortega Cano. Fue un ferión, al menos para mí, que me pegué una semana completa de toros por gentileza del Comandante Dorado que programó un ciclo extenso y también por gentileza de mi padre, que me sacó un abono para toda la feria. Por entonces, uno andaba en 3º de E.S.O.

   En aquella feria que tanto disfruté se anunciaba para la tarde del 16 de octubre la despedida de los ruedos de Ortega Cano, y eso le añadía un puntito de importancia a una tarde en la que el de Cartagena hacía el paseíllo teniendo a un lado a Curro Romero y a otro a Manzanares. Quiérese decir con esto que el que anunciaba su retirada aquel día era precisamente el menos veterano de la terna.

  Esa corrida bajó el listón triunfalista y exitoso que venía llevando aquel San Lucas y se llegó al sexto sin ninguna oreja en el esportón. Así pues el que se despedía, para marcharse algo más contentillo de esto, regaló un sobrero para remendar la tarde.

  Saltó al ruedo uno de «Jandilla», hierro del que días antes había despachado en solitario seis toros Juan Carlos García y aquel toro (L.M.Parrado podrá ampliar detalles que yo ahora no tengo a mano) salvó en parte aquella tarde.

  La imagen final fue la de Ortega Cano dando la vuelta al ruedo a hombros de su cuadrilla, creo recordar que incluso también a hombros de Manzanares y doy por seguro que no precisamente a hombros del Faraón.

  Aquel día se fue de los toros. Pocos años más tarde regresó a los ruedos. Posteriormente  se despidió en Vistalegre. Volvió a vestirse de luces al tiempo…y ahora anuncia que se despide de nuevo, parece ser, que definitivamente.

  Con todo el respeto que le tengo a este diestro (al que recuerdo haber visto indultar el primer toro de los que se han venido indultando en Jaén en los últimos quince años) tantas despedidas de los ruedos me han acabado sugiriendo que cuando ando con alguien conversando y tras decir «me voy», «bueno, me marcho», «te tengo que dejar» y al final la persona sigue dale que te pego…no me queda otra cosa que decir «te despides más que Ortega Cano»