Me esperaba yo otra cosa, y pienso que todos también. Sabía que la gente no iba a ir a la plaza en masa precisamente, pero tan poca gente en los tendidos hoy era algo que no esperaba, que me ha sorprendido y me ha dolido. ¿Por qué? Por ser televisada la corrida de rejones, por la imagen que a través de Canal Sur y Castilla La Mancha se ha podido ver de los tendidos vacíos, con mucho cemento y poco personal.
Esperaba ver una corrida de Mercedes Pérez Tabernero y me he llevado la sorpresa de ver saltar al ruedo únicamente dos toros de esa ganadería y en cambio cuatro de Montalvo. Cambio tremendamente radical de lo cual me he podido enterar al llegar a la plaza por la mañana al tener en mis manos el orden de lidia del festejo de hoy, que por cierto, por aquello de coincidir el sorteo con el concurso de recortadores…¡menudo follón!
Hacían el paseíllo Álvaro Montes, Sergio Galán, que en Jaén se presentaba y ha contado con el respaldo de bastantes partidarios venidos desde Cuenca (bien que se les notaba en el tendido al hablar) y por último Leonardo Hernández, un rejoneador que siempre ha tenido muy buenas actuaciones en Jaén. Hoy él ha salido a hombros, también Álvaro Montes, no así Sergio Galán.
Álvaro brilló a gran altura en banderillas, con «Chambao» en su primero, con «Jamo» en su segundo. También con las cortas, sobresaliendo al clavar al violín. El segundo suyo, al que recibió en la puerta de chiqueros a punta de garrocha, como es clásico en él, se fue al desolladero con dos orejas menos. Un detalle bonito, simbólico, que quizás ha podido pasar desapercibido es que en su actuación las banderillas y las cortas iban forradas con papelillos morados y también morados y blancos. ¿Qué quiere decir esto? Sencillamente que Álvaro hoy en Jaén ha tenido el detalle de poner banderillas con el color de la bandera de Jaén y los colores del Real Jaén (a mí personal modo de ver). Sé que mucho ha tenido que ver en ello su mozo de espadas. Apúntate una Pepillo.
Sergio Galán pudo cortar una oreja a su primero. El público lo pidió con fuerza y el palco no lo concedió. No obstante él anduvo bien en ese primer toro suyo, al que se dejaba llegar muy cerca, topándose en más de una ocasión caballo y equino. Uno de ellos, «Apolo» entre banderilla y banderilla bailaba al compás del pasodoble «Carrascosa» con armonía y elegancia creando un efecto realmente bello. El conquense se marchó de vacío.
Y Leonardo Hernández tuvo una actuación muy importante, propiciada por su cuadra, que se lució sobradamente por el ruedo de Jaén. En baderillas, con las cortas, piruetas en la cara del toro…el extremeño tuvo una actuación que caló hondo entre el escaso público que se sentó en el tendido. El que cerraba plaza no aportó mucho, más bien lo contrario, el peor de todos y Hernández estuvo voluntarioso intentándolo, pero poco pudo hacer.
Finalmente Álvaro Montes y Leonardo Hernández salieron a hombros cruzando la puerta grande que da al Parque Felipe Arche. Ese fue el epílogo de una tarde de rejones de la que se esperaba algo más.