Ya San Lucas dio fin a la temporada taurina en España dejando tras de sí una conclusión común por todos:necesitamos los aficionados de Jaén una cubierta para el Coso de La Alameda con urgencia.No podemos seguir ofreciendo al aficionado la inseguridad de un espectáculo taurino pasado por agua.
Es una realidad imperiosa que hemos tenido ocasión de demostrarnos al menos tres veces en la pasada feria tras observar como parte de la feria taurina se nos iba al garete:una novillada de promoción aplazada (con el consiguiente gasto ecónomico que a un sin caballos esto le supone), la mutilación de una novillada picada al suspenderse tras el tercer novillo dejando entreabierta la Puerta Grande a un novillero con hambre de triunfos, y por último una corrida de toros llamada a ser «expectante» para el aficionado de verdad por cuanto en su cartel se presentaban dos toreros nuevos de los llamados a entrar en el relevo de la fiesta…
No se puede seguir de esta guisa.Las cosas tienen que cambiar y queda tiempo de sobra para ello,pues si todo marcha como esta previsto no tendremos toros hasta que se anuncie el Festival del Cáncer.
Uno ha visto faenas bajo la lluvia,y no pocas precisamente en La Alameda,dándose la circunstancia que casi todas ellas son faenas que algo tienen para ser recordadas.Ahí quedan la tarde en que Juan Carlos García y Dávila Miura acompañados del lorquino Pepín Jímenez cortaron dos orejas cada uno tras haber ejecutados dos faenones a sendos toros de Guardiola bajo el diluvio universal sin que los toros fueran banderilleados,así como dos días más tarde el mismo Juan Carlos García en medio de un cartel en que reaparecía el Maestro «Espartaco» en Jaén junto a Julián López «El Juli» a plaza llena ofrecieron una tarde de toros importante.Yo no la olvidaré nunca.
Aquella tarde (que por cierto se llama así un precioso bolero que bordan «Los Sabandeños» ) pude presenciar la corrida en la mísmisa barrera,en este caso del tendido 4 creo recordar acompañado de mi gran amigo y compañero de sueños taurinos en los Maristas Arturo Montilla,así como es gran amigo (y lo de grande entre otras cosas es por su altitud) Juan Peco al que todos llamamos y le conocen como «Manolete» por su similitud al Cafila cordobés.Por aquel entonces yo asistí todas las tardes junto a mis amigos y compañeros de la Escuela Taurina de Jaén,siendo precisamente aquella,la del día 18 la que bajo ningún concepto quería perderme pues tras un largo tiempo el Maestro «Espartaco» volvería vestido de luces a torear en Jaén y llevaba tiempo esperando el momento.
Tarde de paraguas en el tendido,público de pie y muchas fatigas para ver los toros como dios manda,pero ahí estuvimos nosotros porque cuando hay afición lo demás no importa.Claro está que se puede tener mucha,mucha,mucha afición pero no ser tonto y si te ofrecen un cartel con un puntito de interés en una Plaza de Toros como la de Jaén que al llegar octubre se pone a remojo y la plaza no tiene absolutamente nada que le ofrezca protección frente al agua,la gente se lo piensa y al final pasa lo que pasa.Es por ello que ahora más que nunca Jaén necesita una cubierta para su plaza de toros que es a mi juicio lo correcto y no lo que se viene por ahí planteando de traspasar la feria taurina al mes de junio,pues lo que marca el calendario es lo que hay que cumplir y las tradiciones están para respetarlas y mantenerlas.
Foto:Carmen Moya