Lo que una becerra no me ha hecho en el campo lo ha conseguido una escalera.
Las palabras suyas aquella noche de un sábado en la terraza de la Valenciana fueron como un lamento.Javi Ratia comenzó a contarme su historia, que es la de una ilusión truncada por la desgracia. A él no le va el fútbol, ni tantas otras cosas que serían normales en la gente de nuestra edad. A él lo único que le interesa es el
toro. La Fiesta de los toros.
toro. La Fiesta de los toros.
Como tantos, creció escuchando hablar de toros a sus mayores y en la memoria de su infancia queda el recuerdo de tardes pegadas al televisor para ver a «Joselito», César Rincón, «Espartaco», José María Manzanares y demás figuras del toreo que nos marcaron durante toda la década de los 90.
Soñó con ser torero, como tantos. Pero sólo lo soñó. Nunca tuvo con quien compartir afición de entre los de su edad, por eso el otro día cuando le hablé de mi gente alucinó. Desconocía que hubiera en Jaén tantos jóvenes con una afición tan desmedida como son la gente que conozco. Se le abrieron los ojos rápidamente, pero volvió a lamentarse por lo suyo.
Él tenía toda la ilusión del mundo por torear y ahorró hasta poder comprarse una muleta por internet. Cuando por fin la tenía en casa, a cada instante la desplegaba en su pasillo y se ponía a dar muletazos. Por fin tenía su propia muleta y aguardaba impaciente el día en que pudiera pisar por primera vez el campo bravo y ponerse delante. Llegado ese día sería el tío más feliz del mundo al poder experimentar esa sensación única que como bien decíamos todo aficionado al toro debe sentir en su cuerpo al menos una vez en la vida.
Pero todo se truncó el día en que mientras trabajaba una mañana, la escalera sobre la que se encontraba subido cedió y se vino abajo, sufriendo un fuerte impacto sobre su cuerpo. La parte de su cuerpo que salió peor parada de aquel golpe fue la muñeca, que se la fracturó. Desde entonces ha sido intervenido quirúrgicamente en Sevilla y allí precisamente se ha pegado no pocas noches ingresado en una clínica.
Resultado de todo aquello es que no puede hacer nada absolutamente nada hasta dentro de mucho tiempo. Laboralmente no puede trabajar. Por sí mismo hay muchas cosas para las que no puede valerse.
Pero a él lo que más le duele es que cada mañana cuando abre su armario se encuentra al fondo del mismo su muleta, su estaquillador y su estoque simulado sin que él pueda cogerlos porque físicamente le resulta imposible.
No te desanimes Javi, porque saldrás de esto y tendrás la oportunidad de estrenar tu muleta en el campo. Ponerte delante de una becerra y ser inmensamente feliz con ello.