Coloquio e inauguración de la sede de la Peña «El Puntal Taurino» de Pegalajar.
El pasado sábado a las 20:00 tuvo lugar en el Centro Cultural de Pegalajar el primer coloquio organizado por la Peña «El Puntal Taurino», entidad que tuvo a bien invitarme a tomar parte en tan importante acto para presentar y moderar el mismo. Aprovecho desde aquí una vez más para agradecer que quisieran contar conmigo de nuevo y a la vez el excelente trato recibido durante toda la tarde noche.
Pero el verdadero aliciente, el auténtico protagonista fue el matador de toros de Linares Curro Díaz, quien apenas un día antes había cortado una oreja en Osuna, plaza donde sufrió un percance que no le impidió acudir a su cita con los aficionados de Pegalajar, si bien el esfuerzo físico era más que evidente.
El acto se inició con la intervención de Daniel Torres, presidente de la peña, quien agradeció a todos su asistencia. Posteriormente el tesorero y el secretario leyeron el acto por el cual se nombraba «Socio de honor» a Curro Díaz, así como se relató el nacimiento y trayectoria de este colectivo de Pegalajar.
Quedó manifestado que la Peña «El Puntal Taurino» además de por su juventud y pasión por la Fiesta, se caracteriza por lo accidentado de sus actos, pues cuando se glosó la trayectoria del Puntal no cesaron las carcajadas al recordar diversos episodios, algunos de ellos verdaderamente surrealistas, vividos en alguna de las actividades que han venido desarrollando en los últimos años.
Servidor hizo un repaso de sus recuerdos taurinos en este pueblo de la comarca de Sierra Mágina, donde desde muy pequeño he visto
festejos taurinos. No dude en reconocer que siempre Pegalajar ha apostado por los toreros y los toros de la tierra, siempre ha dado cancha a los jóvenes toreros de Jaén y en su ruedo se han lidiado reses de nuestro campo bravo, algo que sin duda ha marcado la identidad taurina del pueblo y especialmente de su plaza.
Como no podía ser de otro modo recordé el episodio vivido en la Plaza de Pegalajar hace dos temporadas cuando un novillero sin caballos se quitó del cartel al ver lo que había en los corrales.
Aquello lo conté en este blog bajo el título «Un fugitivo vestido de luces» y el suceso corrió como la pólvora entre la blogosfera taurina haciendo famoso al pueblo de Pegalajar.