David Sánchez «Saleri» tentando una becerra en el campo bravo de Jaén
Sobresaliente
Ojalá eso fuera lo que más se repitiese en mi expediente…pero no quiero referirme aquí al sobresaliente en su concepto académico, más bien en el taurino.
Cuando era más pequeño no terminaba yo de entender eso de ver anunciado un «sobresaliente» en los carteles de toros. Aquello siempre me llamó y me ha llamado la atención.
Y de un tiempo a esta parte vengo observando que con una frecuencia cada vez mayor a este tipo de torero se le ningunea cada vez más en las tardes de toros.
De siempre, cuando he asistido a un mano a mano, a una encerrona, he visto como algo usual un quite del sobresaliente al último toro del festejo, pero precisamente esto es una circunstancia que desde hace tiempo voy viendo desaparecer y siempre lo he interpretado como una cortesía, una deferencia del Maestro hacia el torero modesto.
Pero no, me he acostumbrado a ver al sobresaliente hacer el paseíllo por detrás del resto de los espadas, ahí, como no queriendo molestar, y durante el resto del festejo deambular por el ruedo sin que le tenga en cuenta en el resto de la lidia pero eso sí, siempre atento con el capote por si hay que hacerle un quite a un compañero.
Por eso me dolió mucho cuando el pasado viernes David Sánchez «Saleri» tuvo que hacer frente al último de la encerrona de Perera ver que progresivamente el tendido de Las Ventas se iba vaciando. Él también es torero y para él lo del viernes no es sino una oportunidad ansiada desde hace tiempo, porque torear en Las Ventas, a plaza llena uno de Fuente Ymbro no creo que sea algo al alcance de cualquier diestro al que se le haya etiquetado como «modesto».
Así las cosas, para mí, después de asistir vía televisión a la gesta de Perera, la circunstancial intervención del torero de Linares por el doble percance del torero extremeño centró una mayor atención si cabe. Porque yo a Saleri lo he visto torear sin caballos en Pegalajar, en La Carolina y algunas otras plazas más de la provincia a principios de los 90. Le he visto ser testigo de excepción en no pocos mano a mano, he podido contemplarle al dirigir a los alumnos de la Escuela Cultural de Tauromaquia de Jaén y en algunas ocasiones he coincidido con él en el campo en tentaderos.
Para mí los sobresalientes merecen toda mi atención y el mayor de los respetos, porque gente como él, como Juan Repullo, Alejandro Castro, Miguel Ángel Sánchez también se dejan la piel entrenando y son tan toreros como cualquier figura.
Foto: David Lorente. www.murciataurina.blogspot.com
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