Por aquello de ser muy complicado, pero que muy complicado, el poder votar por correo en las elecciones generales, decidí regresar a España y de paso dejar de congelarme en Italia.
Me orienté del Curso «Los Toros por Derecho» que se iba a organizar en la Universidad de Huelva y pensé en lo mucho que me gustaría poder realizarlo. No lo veía viable.
Al final empezaron a surgir unas circunstancias, luego otras, después otras y me ví con la posibilidad de inscribirme en el mismo. Todo surgió en tiempo récord y en menos de cuarenta minutos pude pillar de chorra (que se dice en Jaén) alojamiento barato, hacer la maleta y zumbando a la estación a tomar el tren a Sevilla estando a punto de cargarme la maleta por la calle. La segunda en dos meses.
Y con un libro de toros, el mp3 hasta arriba de batería,una maletita y la ilusión por un participar en un curso universitario que reunía mi afición con mis estudios a la vez me ví casi sin darme cuenta atravesando Andalucía a media tarde para llegar a Huelva bien entrada la noche, y al llegar, perdido sin saber muy bien para donde tirar me ví en una ciudad a la que no había vuelto desde hace ocho años.
Gracias a las indicaciones de un amigo que me llamó precisamente para preguntarme si yo iba a Huelva a este curso (menuda casualidad) conseguí encontrar un sitio abierto y cené lo que buenamente pude. De nuevo, vuelta al hostal y descansar esperando que llegáse el día siguiente.
Por fin pude llegar al Campus de la UHU, después de una odisea en autobús, y una vez que puse pie allí, debía encontrar el lugar de celebración, sin saber a ciencia cierta si era la Facultad de Derecho, el Aula Magna de la Universidad o sepa Dios donde…Finalmente y gracias a dos alumnas de Empresariales encontré la Facultad de Derecho.
Lo que me encontré en el Aula Magna fue una alegría: un espacio lleno de estudiantes universitarios y miles de conversaciones sobre toros de forma simultánea.
Mirar al escenario y ver la gran mesa que la presidía, junto al cartel del Ciclo y en el otro extremo de la misma una traje de tabaco y oro, junto a un capote, al tiempo que me encontraba el símbolo del «Manifiesto de los Aficionados por una Fiesta Íntegra» me hizo ver que que aquello además de ser una cosa muy seria era a la vez toda una declaración de intenciones.
Durante dos días pasaron por allí personajes de la talla de Luis Francisco Esplá, Juan Antonio Ruiz «Espartaco», Manuel Jesús «El Cid», Eduardo Dávila Miura, Miguel Ángel Perera, Diego Ventura, Jesús de Fariña, los ganaderos de Cuadri, Miura, Prieto de la Cal y Marcelino Acosta…la empresaria Teresa Ojeda, la novillera Vanessa Montoya o mi amiga Sofía Rivera que junto a nuestra amiga Conchita se quedaron de piedra al verme:
– ¿Tú aquí? ¿Tú no estabas en Italia?
Fueron dos días muy intensos y la temática lógicamente muy variada. Los organizadores, cuatro o cinco estudiantes de Derecho, entre ellos Luis Cuadri y Nacho Molina, lograron que todo saliera en condiciones.
Me consta que tuvieron las cosas claras desde el primer momento, que se encontraron con no pocos impedimentos, que supieron rodearse de gente competente y que esa gente les ha brindado su apoyo y colaboración sin límite. Aquí merece destacarse a Luis Corrales, Presidente de la Plataforma de la Defensa de la Fiesta, el cual ha apostado muchísimo por este proyecto.
Espero y deseo que el próximo año por estas mismas fechas pueda ponerse en marcha una segunda edición y que a pesar de los pesares nada ni nadie les impida seguir adelante con este exitoso planteamiento. Yo, que he sido (si nadie dice lo contrario) el único alumno procedente de otra Universidad ajena a la de Huelva que se ha inscrito en el Curso y se ha venido expresamente de fuera de Huelva puedo decir que ha merecido la pena totalmente.
Debo reconocer que desde el primer momento he sentido una gran envidia sana por ver como en la Universidad de Huelva se ha planteado una iniciativa académica de carácter taurino, resultando un éxito rotundo al tiempo que la Universidad donde yo curso mis estudios se ha cargado por completo el Ciclo Taurino que este año alcanzaría su sexta edición y en el que como muchos amigos míos saben yo tengo bastante que ver.
Han sido para mí cuatro días maravillosos en los que se me había olvidado por completo los meses que llevo en Italia. Quiero resaltar la hospitalidad de la gente de Huelva, como se ha volcado la gente conmigo y el cariñoso trato que he recibibo de parte de Pedro, Sisi, Gracia, Iván y Pablo, los cuales me acogieron con los brazos abiertos para enseñarme los encantos de su ciudad, contagiarme un poquito su pasión por la Semana Santa (¡llevándome incluso a un programa de radio!) y hacerme disfrutar tantísimo. Ellos se han ganado a un jiennense pero yo me he traido unos cuantos amigos de Huelva.
A Luis Cuadri y Luis Corrales. Al primero por preocuparse tanto por mí y al segundo por tomarme tan en serio.
A Pedro García Macías. Me llevé una gran sorpresa y disfruté mucho, muchísimo con su intervención. La seriedad y veteranía de su afición se le notan desde lejos.
A Javier Montesinos, mi paisano de Beas. No sé como me las apaño que allí donde voy me acabo encontrando siempre a un jiennense. Además de universitario, buen aficionado.
Raúl, profesional del toro. Una alegría poder verle más recuperado y reencontrarme con él tras algún tiempo y encima en su terreno.
Y por último a dos personas con las que pienso que estoy en deuda:Javi e Inma. El primero por hacer que no me faltáse de nada y prestarse a todo, entre otras cosas brindarme la oportunidad de conocer Espartinas, Planeta Toro y cumplir así con un viejo sueño como era peregrinar hacia el origen de mi ídolo.Te has portado de categoría.
Y a Inma…me faltan las palabras para agradecerle todo lo que ha hecho por mí. Si no hubiera sido por tí, tus ánimos y tu insistencia yo ni hubiera podido hacer el curso. Una pena que no pudieras asistir todo lo que hubieras querido…una auténtica pena. Sin duda la gran mujer que está junto a una de las personas que más aprecio yo. Gracias, gracias, gracias a los dos.
Sí, a veces nos podemos dejar llevar por la locura y somos capaces de hacer cosas así, pero pienso que merece la pena. ¡Vaya si merece la pena!
Un éxito que debe continuar