Una gran tarde de toros y sobresaliente en solidaridad
Una vez más Jaén respondió a la llamada que invitaba a darse cita en los tendidos del Coso de La Alameda con objeto de colaborar de esta forma a la lucha contra el Cáncer y la respuesta no pudo ser mejor, pues se rozó el lleno, registrando una gran entrada. De nuevo sobresaliente. Al finalizar el paseíllo se guardó un respetuoso minuto de silencio en recuerdo de don José María Ruiz Jiménez, quien fuera presidente de la entidad. Igualmente otro de los momentos más emotivos de la tarde llegó de la mano de Enrique Ponce,que hizo entrega a la Cofradía de la Virgen de la Capilla de un capote de paseo con la imagen de la patrona de Jaén.
Tras ello se dio paso a la actuación de un Álvaro Montes al que se le evidenció un progreso en su formas, mostrándose efectivo a la hora de clavar y que destacó especialmente con las banderillas cortas. Álvaro tuvo así la oportunidad de reencontrarse con el público de su tierra, como tantas veces, esperando mucho de él, ofreciendo una gran labor ante un novillo de Fermín Bohórquez.
Entrando a valorar la lidia a pie, destacaron muy especialmente Ortega Cano, Pepín Liria y David Fandila “El Fandi”. Gustó mucho con el capote Ortega Cano, diestro que reaparece en este temporada sumido en unas circunstancias especiales y que anduvo muy entonado y gustándose. Con la muleta siempre llevó al novillo con mando y alargando el trazo del muletazo, un novillo con fijeza y movilidad al que le faltó fuerza, que en general fue lo que faltó en el aspecto ganadero, pues una vez y otra las reses se venían abajo, no así Pepín Liria, todo pundonor y coraje. Un matador que toreó muy de verdad, exponiendo y arriesgando en su toreo de rodillas. El público se volcó con él y este diestro merece torear en Jaén con mayor asiduidad.
El alboroto llegó con “El Fandi”, quien se llevó el único rabo de la tarde ante un novillo al que le toreó variadamente tanto de capa como de muleta y al que le formó un lío tremendo en banderillas, llegando a clavar cuatro pares, el último muy arriesgado al quiebro, previamente solicitado por el público.
“Finito de Córdoba”, pechó con el más flojo y realizó una faena falta de profundidad, premiada con una oreja tras la mejor estocada de la tarde. Cerraba cartel David Valiente, novillero de Andújar, que se fue a portagayola y demostró ambición y ganas, condición mínima exigible a un novillero. Causó buena impresión tras un toreo asentado a un novillo de Enrique Ponce que fue de más a menos. Cortó dos orejas.
Punto y aparte, Enrique Ponce. A la hora de montar la muleta se levantó el aire y ello condicionó su quehacer, pero Ponce sacó su magisterio, le cambió los terrenos al suyo y junto al tendido de sol una vez más la Plaza de Jaén se rindió ante quien es un jienense más. Dos orejas para él. Y un buen balance, sin duda.
Publicado hoy en Viva Jaén
