Reflexiones de una corrida suspendida
Fue suspendida la corrida del Domingo de Ramos en Jaén porque el albero a las 12 de la mañana no estaba en condiciones para la lidia. Insisto, a las 12 de la mañana y la corrida se anunciaba para las 17:30 de la tarde.
De toda la vida de Dios ha existido un método para prevenir el mal estado del ruedo de una plaza de toros, tan sencillo como poner una lona de plástico en los días y las horas previas al festejo. Siempre se hizo así. De esta forma llegada la hora lorquiana de las cinco de la tarde se retira la lona y el ruedo está » niquelao» y se puede tirar pa´alante con la corrida. Pues nada, ni lona protectora ni nada.
Hace unos años y precisamente teniendo como marco la tradicional corrida del Domingo de Ramos, la empresa Dorado montó un cartelazo en el que anunciaba a «Antoñete», Curro Romero y Manuel Benítez «El Cordobés» con toros de los Hermanos Sampedro. Llovió a mares aquel día y llegada la hora del festejo el ruedo presentaba un aspecto lamentable. Dorado se jugaba mucho aquella tarde y a decir verdad, la ciudad de Jaén también pues ese día en los tendidos del Coso de La Alameda y por las calles de Jaén había gente venida de todo el mundo, sí, de todo el mundo mundial vinieron personas a ver torear a tres maestros que sumaban en total 198 años de historia, arte y leyenda de la Tauromaquia. Se retrasó el festejo más de una hora, se trajeron uno,dos, tres o cuatro camiones de la cantera del padre de Montes para intentar arreglar la situación y al final se suspendió el festejo.
Al menos en aquella ocasión se le intentó poner remedio, el domingo pasado ni siquiera eso, por lo que uno puede pensarse hasta que punto la empresa tenía unas mínimas ganas de dar toros.
Por la noche Ortega Cano decía en la radio que según le habían dicho, «estaba casi todo el papel vendido». Francamente yo no lo creo. Puede ser cierto, pero yo no lo creo en absoluto pues sé de mucha gente aficionada de verdad que me dijo que no iba a los toros por múltiples motivos, y para muestra la encuesta que en este mismo blog ha venido ofreciéndose desde hace algunas semanas donde por encima de todo ha quedado claro que la mayoría de la gente ha expresado que con ese cartel no iba a los toros, pudiendo señalar otras opciones. Insisto en que no me creo lo del «papel vendido» porque sumado a que muchos aficionados no tenían pensado ir, a esa hora coincidían dos procesiones y ambas salieron a la calle a procesionar. Tuve la suerte de presenciarlas desde puntos distintos y puedo afirmar que a esa hora las calles de Jaén estaban repletas de gente.
Sigamos pues. Al no caer ni una gota de agua en toda la tarde fueron bastantes los que se acercaron a la Plaza de Toros y aunque no estuve presente en esos momentos allí en los alrededores de la Plaza, han sido muchos los que me han mostrado su enfado y cabreo. He visto fotos de Juande Ortiz, nuestro fotográfo de «Viva Jaén» donde puede observarse a bastante gente en torno a las taquillas de la Plaza de Toros para devolver la entrada y hablando de devolver las entradas, aquí viene lo gordo. Resulta que un grupo de personas se dirigieron ayer a la Plaza de Toros para que les devolvieran el dinero de las entradas, encontrándonse con las taquillas de la Plaza cerradas a cal y canto. Al toparse con tal situación optaron por llamar a la policía y fueron precisamente los agentes los que se tuvieron que introducir en el Coso y de una u otra forma remendar el asunto para encontrar una solución y devolverles el dinero a los espectadores, cosa que finalmente pudieron hacer. El nuevo reglamento taurino andaluz contempla que el importe de las entradas les tiene que ser devuelto a los espectadores desde el mismo momento en que se anuncia la suspensión del festejo hasta los cuatro días siguientes. Ese es el plazo estimado.
No se celebró la corrida, pero como tema de conversación no está quedando mal.